Publicidad

Paisajes de caña

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Nicolás Rodríguez
26 de octubre de 2024 - 05:05 a. m.
“El paisaje de la caña de azúcar no es tan natural, inocente y bienintencionado”: Nicolás Rodríguez
“El paisaje de la caña de azúcar no es tan natural, inocente y bienintencionado”: Nicolás Rodríguez
Foto: Pixabay
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

En amables imágenes todo se ve verde y natural. Un oasis. El monocultivo viene acompañado de frases explicativas igualmente grandilocuentes. La construcción de un futuro verde está asegurada, dicen. Somos “sostenibilidad y progreso” se lee por ahí, en clave de propaganda corporativa. Somos el hogar de 130 especies de aves, mamíferos… Desarrollo, eso somos. Es más, ¡la sostenibilidad es posible! Somos biodiversidad.

La COP16 que se celebra en Cali incita a otra perspectiva. De hecho, supone que nos detengamos a mirar. El apacible paisaje de la caña de azúcar que muchos defienden (tanto así que algunos quieren declararlo patrimonio de la humanidad) puede ser leído como el reflejo de más de una cosa.

Ideas varias sobre el territorio circulan con el paisaje de la caña de azúcar en el Valle del Cauca. A quién le pertenece el territorio y a quiénes no, por ejemplo. Los dueños son unos y no otros. El paisaje lo reivindica una y otra vez.

El paisaje de la caña, con todo y sus verdes de un mismo color, también es posible leerlo como un evento colonial. Al margen de las voces que defienden su existencia se silencian las historias de comunidades indígenas y afrodescendientes desplazadas.

Muy rara acá, dicho sea de paso, la insistencia del alcalde de Cali en la “reconciliación” cada que habla de la COP16 y defiende el paisaje de la caña. ¿De qué va esa reconciliación si no es de los defensores del paisaje de la caña con ellos mismos? ¿O es que las plantaciones de azúcar de la que tanto se lucraron los poderes europeos coloniales no pasaron por acá?

“No todo lo verde es biodiverso” nos recuerdan desde El Proceso de Comunidades Negras, Enramada y el Programa para los Pueblos de los Bosques. El paisaje de la caña de azúcar no es tan natural, inocente y bienintencionado. Su estética aguanta cualquier interpretación, pero que no nos las vendan como un ejemplo de biodiversidad.

Conoce más

 

daniel(84992)27 de octubre de 2024 - 02:08 a. m.
Ecológicamente, el Valle es un desierto de caña.
ÁLVARO(36065)26 de octubre de 2024 - 08:58 p. m.
Nicolás R. totalmente de acuerdo.. El Valle y Cali fortines de las negritudes.. Plaza de esclavos. Hasta el conocido poeta Julio Arboleda era traficante de esclavos. Cali- Quito - Lima ERA de los duros de esa época. Los Virreyes y encomenderos repartieron todo ese territorio entre 15 familias y eso permanece, contadas excepciones.. Esa fue la última REFORMA AGRARIA ALLÁ. ( VER Historia mínima de Colombia.- Jorge O. Melo -
Mario(196)26 de octubre de 2024 - 08:13 p. m.
Bienvenida la caña y todos los procesos productivos que producen empleo, riqueza y pagan impuestos. El país es grande y hay espacio para todos. Pequeños y grandes. La prioridad de Cenicana y los ingenios es el negocio, pero entienden que es buen negocio apoyar a las comunidades, hacer conservación de areas naturales y hacer inversion social. Si abusan es por que los dejan. CARs y ministerios deben cumplir su labor de supervisión.
Orlando(lx6ve)26 de octubre de 2024 - 07:02 p. m.
Claro y preciso. Felicitaciones
Alberto(3788)26 de octubre de 2024 - 06:12 p. m.
Excelente escrito. Inobjetable. Gracias, Nicolás Rodríguez.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.