Veníamos ya mal acostumbrados a lo de las noticias crudas, sin editor o editora que se encargue, de la revista Semana. Lanzo el globo encendido y que estalle en donde toque… habrá heridos, pero me protege la libertad de expresión.
Ahora el turno fue para Luis Carlos Vélez. Entra el señorito a una entrevista sobre movilización campesina con la ministra de Agricultura, cargado de tigre, y no tarda en hacerse el ofendido. Malinterpreta una respuesta sobre si hubo bloqueos o enfrentamientos, saca provecho del enredo semántico y desde ahí se lanza a la victimización. Una pataleta.
Retrocedamos.
Sin ninguna prueba o información periodística, Vélez interroga: “Le amplío la pregunta: ¿qué van a hacer no solamente cuando bloqueen las vías sino cuando secuestren a policías y militares como lo han hecho en repetidas oportunidades en el Cauca?”. Y agrega, con la amabilidad de siempre: “Ahora sí respóndame”.
Hasta ahí, una entrevista enredada, que se habría podido sortear con menos drama. Pero no contábamos (por supuesto que sí) con la salida exprés de un egocéntrico herido. “¿Me podría decir su nombre?”, pregunta sin paracaídas la ministra. “Luis Carlos Vélez, director de La FM”. E igual el sablazo: “¿Por qué insiste en que el ejercicio de la movilización es el ejercicio de grupos armados ilegales?”.
Y ahí fue Troya. O, más exactamente, algo cercano a la censura, dada la forma arbitraria en que el indignado impide el final de la entrevista: “Yo no he dicho eso”, “me permite usted para (sic) para poderla denunciar por injuria y calumnia”, “aquí está al aire”, “todos los colombianos están escuchando”, “sabe qué… vamos a terminar la entrevista”.
Entre tanto alguien, posiblemente un Fernando, se riega en alabanzas: “Oye, ¡qué peligro lo que acaba de hacer la ministra, es peligrosísimo!”. “Permítame Fernando… increíble, esto no puede pasar”, explica ya contento con la jugadita el director de La FM.
Pero pasó y, sí, algunos colombianos sin oficio y desafortunados lo oímos. Una pataleta al aire.
