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Prevenir el pasado

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Nicolás Rodríguez
12 de febrero de 2022 - 05:30 a. m.
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Algo positivo del viaje presidencial a Europa es que no hubo visita a Pereira y Dosquebradas tras los deslizamientos de tierra que afectaron seriamente a decenas de personas y causaron la muerte de por lo menos 16.

Los usos del humanitarismo no son nuevos para Colombia. Como se recordará, sobrevolar “el lugar de la tragedia” fue justamente lo que hizo Belisario Betancur tras la explosión del volcán nevado del Ruiz que arrasó con la ciudad de Armero en 1985.

Ni siquiera lo son para Iván Duque, como bien lo saben en San Andrés.

De paso (otros dirán de paseo) por Luxemburgo, el presidente se refirió a lo sucedido en Pereira y Dosquebradas. Además del mensaje amable y de acompañamiento a las familias, pidió la revisión de los riesgos que existen “para muchos asentamientos en ciudades que están sobre laderas y empezaron en la informalidad”.

La instrucción es tan bien intencionada como inocente. Además de bastante inútil.

Desde mediados de los 80 y con mayor rapidez tras la devastación de Armero, la respuesta a las emergencias le abrió paso a la profesionalización de la atención de riesgos. En los manuales y las cartillas de la Cruz Roja pasamos del socorro a la posibilidad de la prevención. Un cambio considerable, tectónico.

De los desastres y las tragedias, que en las interpretaciones más o menos religiosas caen como fuerzas de la naturaleza, transitábamos a la enigmática noción de los riesgos. Y más encima, a su gestión.

El país cuenta con décadas de conocimiento acumulado en esa materia. Sin embargo, ocurren los desastres. Llegan las tragedias. Las escenas alrededor de los afectados reviven la necesidad del socorro. El humanitarismo se impone a la capacidad del Estado para reaccionar a tiempo.

Mientras toda esta historia ya conocida se desenvuelve de una manera cíclica con los inviernos, llega la orden de activar las prevenciones. Después del desastre.

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Contrapunteo(18670)13 de febrero de 2022 - 03:12 a. m.
Pues negoció en Arabia la explotación del oro en el Páramo de Santurbán. Viaja con el hermanito siempre y mañana estará esquiando, mientras el país está vuelto mm... nada.
Contrapunteo(18670)13 de febrero de 2022 - 03:10 a. m.
A Duque le importa ya un carajo el país, ya está de salida. Posó como un defensor de los recursos naturales cuando en este gobierno es cuando más se ha desforestado y particularmente la selva amazónica sufre todo el rigor con este flajelo; la expedición de licencia para continuar todo lo referente a al minería se han multiplicado y acordarnos que en el viaje anterior ?
Arturo(82083)13 de febrero de 2022 - 01:35 a. m.
"La instrucción es tan bien intencionada como inocente" Ademas de clara, precisa y perfecta, como corresponde al perfeccionista mequetrefe
jose(33220)13 de febrero de 2022 - 01:03 a. m.
Algo positivo del viaje presidencial a Europa es que no hubo visita a Pereira y Dosquebradas tras los deslizamientos de tierra que afectaron seriamente a decenas de personas y causaron la muerte de por lo menos 16.. todo está dicho. Duque es muy importante , si está bien lejos.
Fernando(70558)13 de febrero de 2022 - 12:38 a. m.
Estas tragedias son la alegría de los contratistas corruptos que concurren a las licitaciones (cuando las hay) para presentar propuestas de prevención en zonas vulnerables, que terminan convertidas en elefantes blancos. Vuelve y juega el círculo vicioso y aquí no pasa nada...
  • jose(33220)13 de febrero de 2022 - 01:08 a. m.
    lo que sucede don fernando es que : es como si las tragedias fueran invocadas por esta mano de politicos y politiqueros corruptos (ratas de alcantarilla , segun el diccionario de duque. )
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