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Recomendaciones

Nicolás Rodríguez

10 de julio de 2021 - 12:30 a. m.

El informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) es el guion que les da credibilidad a las imágenes de terror que todos hemos visto del paro nacional.

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“Uso desproporcionado de la fuerza”: ese es el tono del documento.

“Personas armadas vestidas de civil”, “uso indiscriminado de gases irritantes”, agresiones del Esmad (“físicas, sexuales, verbales”), testimonios creíbles sobre “helicópteros sobrevolando a baja altitud y de manera intimidante”, gases lacrimógenos “disparados directamente contra los espacios de refugio” y “puestos médicos improvisados”.

Sobre las armas: “La letalidad depende de su uso y control”.

Los desaparecidos.

En fin.

El recopilado de abusos confirma que lo transmitido de celular en celular ocurrió.

Como bien dice el presidente Duque, somos soberanos. Luego, no necesitamos terceros: es lamentable que se requiera de la confirmación de un actor ajeno.

E igual se agradece.

En cuanto a las posibles soluciones, que acá son recomendaciones, se quedan cortas.

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“Participación” y “diálogo”: imposible aspirar a otra alegre receta.

Mientras tanto, esta fue la respuesta del presidente Duque: “Nadie puede recomendarle a un país ser tolerante con la criminalidad”.

Se refería a los mal llamados “cortes de ruta”. Los bloqueos. Potencialmente violentos. Ilegales, si se quiere. Culpables de una serie de desmanes que es necesario aceptar.

En esa falsa equivalencia, sin embargo, reposa toda la defensa del Gobierno frente a los observadores internacionales invitados y tratados de sesgados una y otra vez.

Desaparecidos, mutilados, violentados y judicializados vendrían a ser el precio que hay que pagar por la protesta social.

Una de las recomendaciones de la CIDH, más allá y mucho antes del lugar de la Policía en el andamiaje institucional, supone la necesidad de “reconciliación”. Una palabra que habría que tomarse en serio. “Reconciliación multidimensional”, para ser exactos.

Entre tanto, ¿con quién reconciliarse si la reacción oficial del Estado colombiano ante el informe de la CIDH es la negación absoluta de lo ocurrido?

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