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En respuesta a la ya icónica fo- to de la revista española ¡Hola! en la que cuatro mujeres blancas (abuela, hija, nieta, bisnieta: el dato es importante) posan frente a la cámara mientras otras dos, por supuesto negras, son empleadas sosteniendo bandejas de plata como parte del telón de fondo...
En respuesta a la ya icónica fo- to de la revista española ¡Hola! en la que cuatro mujeres blancas (abuela, hija, nieta, bisnieta: el dato es importante) posan frente a la cámara mientras otras dos, por supuesto negras, son empleadas sosteniendo bandejas de plata como parte del telón de fondo de la composición “Las mujeres más poderosas del Valle del Cauca”, Soho optó por empelotar a cuatro reconocidas modelos colombianas, también negras, que en esta ocasión no sostienen los platos sino que son, en sí mismas, el plato central de una nueva pieza que ahora han denominado “Elogio de la mujer negra”.
Como parodia, la idea misma de poner mujeres blancas a hacer de empleadas del servicio no sólo no se le ocurrió a la revista que dirige Daniel Samper Ospina, pues varias veces circularon montajes parecidos en la red con anterioridad a esta última edición de Soho, sino que es poco lo que agrega al debate que ocasionó la foto original. Es más: lo empequeñece, lo limita al chistecito fácil y apenas socarrón que tantas veces le hemos leído en sus columnas al comentarista de Semana.
Que las mujeres sean blancas o negras, señores de Soho, no quita el que sean empleadas del servicio con delantal. Un trabajo digno, claro, pero que ni los bisnietos de la bisnieta de la bisnieta de la poderosa familia ensalzada por ¡Hola! tendrán que realizar. Al racismo en cuestión, entonces, la gente de Soho respondió obviando las lógicas de clase social que hicieron que la foto original fuese tan diciente.
Y así es como se llega, al final, a esa otra foto de “revista para hombres” que se pretende ya no sólo polémica, como es usual en sus portadas, sino progresista, liberal, iconoclasta y de avanzada. Pero no, nada de eso, apenas un activismo muy Soho que para vender más revistas se une a la lucha contra el racismo con su tradicional dosis de clasismo patriarcal.
