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La transición energética es una de las apuestas más urgentes frente a la crisis climática. Mientras sectores como el transporte, la manufactura o la construcción buscan acelerar el uso de energías limpias, las industrias creativas enfrentan dilemas particulares.
Este sector se caracteriza por su constante movilidad: giras, rodajes, festivales y eventos dependen de traslados nacionales e internacionales, equipos técnicos que requieren gran consumo energético y cronogramas exigentes. En países como Reino Unido o Estados Unidos, las industrias creativas aportan cerca del 10 % del PIB, impulsadas en parte por incentivos tributarios. Sin embargo, este modelo económico entra en tensión con los objetivos de sostenibilidad.
Conciertos, festivales de música y producciones audiovisuales comparten una dependencia crítica: el uso de generadores diésel para suplir sus necesidades energéticas, además del transporte terrestre y aéreo de personas y equipos. ¿Cómo reducir esa huella?
Canadá y el Reino Unido ofrecen ejemplos destacados. En British Columbia, se han construido estaciones de energía conectadas a la red eléctrica local (“Grid power kiosks”), diseñadas para eventos culturales y rodajes. Esto permite reducir el uso de generadores fósiles y aprovechar una fuente más limpia y constante de energía.
En Londres, el Grid Project liderado por Film London ha logrado reunir el apoyo de gigantes como Disney y Netflix. Su objetivo es facilitar el acceso a energía renovable en locaciones clave de filmación, acelerando la transición energética del sector y reduciendo sus emisiones.
En el ámbito musical, iniciativas como The Fuel Project y Vision 2025 han analizado el consumo de combustibles fósiles en festivales. Según sus estudios, 279 festivales en Reino Unido emitieron cerca de 19.778 toneladas de CO2 equivalente al año, consumiendo más de cinco millones de litros de combustible. En cine, la reciente producción de Blancanieves (2025) generó 3.153 tCO₂e, de los cuales se estima que entre el 50 % y el 65 % provienen del uso de energía.
¿Y en Colombia? Aunque hay esfuerzos incipientes por entender el consumo energético del sector, aún no existe un plan de adaptación climática. Paradójicamente, Colombia cuenta con una matriz energética de bajas emisiones gracias a las hidroeléctricas. Esta ventaja permitiría al sector cultural avanzar con rapidez si se fomenta el uso de la red eléctrica y se restringe el uso de generadores fósiles.
A veces, avanzar es simplemente volver a usar lo que ya teníamos.
