¡Listo papito...!

Leonel Álvarez demostró el domingo que no se necesitan largos años para convertirse en un técnico experimentado y así poder conquistar un título. Y, de paso, le calló la boca a mucha gente que en su momento no creyó en él, aduciendo que un buen jugador no necesariamente es un buen estratega.

Pero Leonel, con su impecable pinta desde la raya, mostró madurez, capacidad de liderazgo, carisma y un don especial para comunicarse con sus jugadores. Y por eso ayer conquistó con el Deportivo Independiente Medellín su primera estrella en su debut oficial como técnico.

Qué tranquilidad descubrir que detrás de los jugadores históricos de la selección de Colombia hay hombres capaces de enseñar todo lo que aprendieron en sus largos años como futbolistas, que puedan mostrar un trabajo sin mañas, sin dudas, sin grosería. Qué alivio que no tengamos, en futuro, que seguir dependiendo de los técnicos rosqueros y faltos de carácter que convierten a sus equipos —o en el peor de los casos— o a la selección nacional en fortines manejados bajo sus intereses personales.

Y como el mismo Leonel lo advirtió hace algunos días, ofreciéndose como técnico de Colombia, ayer puso sus credenciales y con calificaciones excelentes. Tal vez sea prematuro, pero si se ha probado con estrategas fracasados, por qué no apostarle a un ganador.

Aplausos también para el técnico El Teacher Berrío, quien llegó a un equipo con un pie en el descenso y lo llevó hasta la disputa del título. Fue un dignísimo rival que puso a sufrir a los poderosos, y que con una nómina modesta llegó más lejos que otros llamados grandes.