En la Feria del Libro de Bogotá que hoy concluye se lanzó una nueva edición de la novela Con ardientes fulgores de gloria, de Juan David Morgan. ¿Qué significa ese título? Es una estrofa del himno nacional panameño, similar a decir aquí: “¡Oh, gloria inmarcesible! ¡Oh, júbilo inmortal!”. Y el relato, muy ameno y documentado, se refiere a la separación de Panamá, desarrollado en las ciudades en donde se protagonizaron los hechos: Panamá, Bogotá, Washington, Nueva York, París. El autor supo combinar acontecimientos reales y ficción, con nombres verdaderos de los protagonistas. Digo que esta es una nueva edición, porque ya tiene más de cinco. En Colombia, hace unos años, Editorial Planeta la publicó con el título Arde Panamá, que es más comprensible entre nosotros, con prólogo del presidente López Michelsen.
Se remonta a los inicios de la negociación del tratado Herrán-Hay entre Colombia y los EE. UU., que fracasó, para luego concluir con el Bunau-Varilla-Hay, suscrito entre un francés a nombre de la nueva república y el secretario de Estado del país del norte, John Hay, luego de la separación de Panamá y que permitió la construcción del canal. Morgan, un gran abogado en el istmo, además es excelente investigador, buen escritor y gran novelista. Esta es una de las tantas narraciones históricas que ha producido. Sin apasionamientos, con imparcialidad, presenta un relato que muchos desconocen en nuestro país.
Cuando hace más de 100 años se produjeron esos hechos, en medio del llanto y el dolor, los nacionales se burlaron de Marroquín y maldijeron a los norteamericanos, y Diego Uribe (1867-1921), un mamagallista de la Gruta Simbólica, produjo unas décimas bajo el título de Sin istmo, en uno de cuyos apartes dijo, dirigido a Roosevelt: “Ese que vergüenza os da, / aunque tu dominio ensancha, / para tu pueblo será / no el canal de Panamá, / sino el canal de la Mancha”.