García Márquez no solo fue un excelente escritor, sino que además tenía condiciones de profeta. ¿Quién, en 1960, se iba a imaginar que el papa visitaría Colombia, que lo iba a recibir un presidente chiquito y rechoncho como lo era Carlos Lleras, y que su ministro de Gobierno, en su realismo mágico, tocaría el redoblante en la plaza y se llamara Pastrana (en el relato, Pastor, y en la vida real, Misael)? Solo un profeta podía adelantarse así a los hechos. En el primer capítulo de Cien años de soledad predijo la llegada de la internet.
En el homenaje que Gabo les hace a sus amigos de Barranquilla —Álvaro, Germán y Alfonso—, en...
Conoce más
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
