El ministro del tapaboca

Carlos Holmes Trujillo es el ministro de mostrar del actual Gobierno, tanto que ha ocupado las dos carteras más importantes del gabinete en donde ha aparecido con su otra cara, muy distinta de aquella que se le conocía antes de la era Uribe. Su importante participación en la Constituyente se caracterizó por sus posiciones de avanzada, como también cuando fue consejero de Paz. Buscó ser contralor general de la República, con el apoyo del liberalismo y de Horacio Serpa, y a pesar de haber sido ternado por la Corte Constitucional, le tocó desistir porque su hermano José Renán era parlamentario, lo que le creaba una inhabilidad.

Afortunadamente para el país, la Constitucional escogió en su reemplazo a Antonio Hernández Gamarra, quien resultó electo haciendo una gestión que muchos aún aplauden, enfrentándosele al presidente Uribe. De haber sido Trujillo el jefe del organismo de control fiscal, su ingreso al Centro Democrático se habría dado mucho antes.

Cuando era liberal el hoy ministro, que se pone tapaboca para no presentar excusas por las muertes de los últimos días, dijo que la paz no se puede lograr “sin acudir a la vía de los acuerdos” (p. 13). “El mayor logro del último gobierno fue internacionalizar la búsqueda de la paz en un mundo que tiene dentro de sus prioridades la protección de los derechos humanos, la defensa de la democracia y la lucha contra el terrorismo” (p.25). “No debemos seguir mirando el conflicto con la estrecha perspectiva de los períodos presidenciales. Ese es uno de los grandes errores colectivos que se han cometido” (p. 141).

Las anteriores frases, escogidas al azar, son del hoy ministro del tapaboca, que aparecen en el libro del cual fue editor, Al oído de Uribe. Cómo iniciar un nuevo proceso de paz. (Editorial Oveja Negra, 2002).

Su hermano no salió elegido alcalde de Cali hace unos años porque, según dijeron, lo afectó la insuficiencia Renán. De pronto al ministro precandidato le pase lo mismo en su aspiración.