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Cuando eligieron papa al cardenal Bergoglio, el mundo se sorprendió no porque un jesuita llegara por primera vez al trono de San Pedro, sino porque fuera un argentino; también cuando una dama del mismo país, Máxima Zorreguieta, se casara con el heredero del trono de los Países Bajos. Hoy ya es la reina y permanece al lado del rey Guillermo.
Ahora la sorpresa va a ser mayor cuando, en las próximas semanas, asuma como primer ministro, también de los Países Bajos, Rob Jetten, no tanto porque sea el jefe de Gobierno más joven en la historia de ese país (38 años), sino porque su pareja –es un reconocido hombre gay– también es argentino. Se llama Nicolás Keenan, jugador de hockey y apasionado por la música pop holandesa. Se conocieron en la puerta de un supermercado. Hubo un tiro de like... y ahí comenzó todo.
Jetten fue ministro de Clima y Energía del gabinete de Mark Rutte, quien hoy es secretario de la OTAN. En las recientes elecciones se lanzó y su partido, el D66 (centro derecha), obtuvo el triunfo con una pequeña diferencia de 29.668 votos frente al llamado Partido de la Libertad (PVV), lo que le permitió lograr 76 escaños en el parlamento, los mismos de su rival, el derechista, Geert Wilders. Sin embargo, descartan que éste llegue a ser primer ministro y dan como un hecho que sea el segundo, si hace una gran coalición con otros partidos necesarios para asumir al gobierno. Pero las negociaciones no son fáciles, tanto que el actual primer ministro interino, Dick Schoof, tiene la creencia de que le tocará seguir hasta las navidades. Él debió esperar 223 días para que lo proclamaran primer ministro.
Si las cosas se dan como se prevé, el estado de los Países Bajos va a quedar con un jefe del Estado (el rey) con una primera dama argentina y un jefe de gobierno (primer ministro), también con una pareja del mismo país.
Los tiempos en que se lloraba por Argentina eran otros, así tengan a Milei –quien no tiene pareja–, pero quien llora por él es Petro.
