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El papa y el diablo

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Óscar Alarcón
08 de febrero de 2022 - 05:30 a. m.
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El candidato o precandidato Gustavo Petro se entrevistó con el papa Francisco. Ninguno de nuestros aspirantes había logrado ese gesto papal, ni siquiera Óscar Iván Zuluaga, cuyo padre reza y vende empanadas todos los domingos en una parroquia de Bogotá. Todos y todas —porque hay que contar a Íngrid— habrían querido llegar al Vaticano para recibir la bendición del prelado, menos Alejandro Gaviria, quien es ateo y no cree en Dios.

¡Cómo cambian los tiempos! En los años 60, Colombia se alistaba para recibir por primera vez a un pontífice de la Iglesia católica, el papa Pablo VI, siendo canciller Germán Zea Hernández. Cuentan que él se tomó unos tragos de más en un avión que lo llevaba a Lima y al aterrizar en el aeropuerto unos periodistas le preguntaron cuál era su opinión sobre la encíclica Humanae vitae, que condenaba la píldora anticonceptiva.

A Zea, quien era un hombre cordial, caballeroso, de buenas costumbres, pero francomasón, se le subieron los tragos, se despachó y dijo algo así como que el célibe del papa no podía opinar sobre la píldora anticonceptiva.

El embajador de Colombia ante el Vaticano, José Antonio Montalvo, renunció; el nuncio apostólico amenazó con cancelar la visita del papa; la primera dama, doña Cecilia de la Fuente de Lleras, protestó ante su marido, y al primer mandatario le tocó pedirle la renuncia a su canciller, poniendo fin a una vieja amistad. Desde entonces Zea se convirtió en el hombre más cercano a Julio César Turbay, quien paradójicamente, años después, sería embajador en el Vaticano. Entonces al presidente Lleras Restrepo le tocó traer a Alfonso López Michelsen, quien estaba feliz oyendo vallenatos como primer gobernador del Cesar, para hacerse cargo de la Cancillería y recibir al papa Pablo VI.

Hoy Colombia es un Estado laico, pero como en los años de la Hegemonía Conservadora necesita la bendición papal para que uno de sus hombres llegue a la primera magistratura, así algunos vean a Petro como un verdadero diablo.

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Gilberto(54899)09 de febrero de 2022 - 01:39 a. m.
. . . "Pero yo, - ¿qué culpa tengo de ver, de ver las cosas que pasan? Soy un cantor de pueblo sin mucho vuelo Pero, por ser de pueblo, sé lo que quiero Yo le canto a la gente simple y sencilla Y odio, como se debe, a la oligarquía". (criminal e indolente con la gente de mi pueblo) (Leonardo Favio - Argentino).
María(60274)09 de febrero de 2022 - 01:21 a. m.
A. Zea le dijo la verdad al papa, hubiera aprovechado para preguntarle por que esconde a los curas pedófilos de su comunidad.
Hernando(58851)09 de febrero de 2022 - 12:47 a. m.
Y por lo visto el columnista también ve en Petro al diablo: Qué tal que el electorado vea en ese "diablo" al mandatario que sí obedezca los mandatos de este pueblo despreciado, irrespetado, deshonrado, perseguido, hasta asesinado por todos los gobiernos en este transido país.
ANA(11609)08 de febrero de 2022 - 08:34 p. m.
"quien es ateo y no cree en Dios"... ¿Cómo te dijera? A: prefijo de negación y TEO, dios.
Jose(05005)08 de febrero de 2022 - 08:08 p. m.
Oscar: excelente columna. Siempre recapitulando hechos anecdóticos y muy útiles , pues nos hacen ver los cambios que se han presentando. Disfruto muchos tus historias. Saludos
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