Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Constituyente de 1991 se convocó tres veces y en ninguna obtuvo una votación significativa.
La tan publicitada séptima papeleta que se introdujo en las urnas de las elecciones de corporaciones públicas y alcaldes el 11 de marzo de 1990 no se contabilizó y, según los más optimistas, si acaso llegó a los dos millones de votos. Luego se hizo una nueva convocatoria, el 27 de mayo, por una consulta realizada el mismo día de las elecciones presidenciales (cuando se eligió a César Gaviria).. Votaron por la convocatoria 5’236.863 y en contra 230.080.
Hubo una tercera consulta, el 9 de diciembre, cuando se eligieron quienes iban a integrar la Constituyente. Al elector se le preguntó si era partidario de convocar a esa asamblea y, si lo era, votaba por determinados candidatos. Expresamente se advirtió que su competencia era “limitada” a lo señalado por el acuerdo político incorporado al decreto 1926 de agosto 24 de 1990. La aprobación fue de 2’788.963 y 74.055 votaron en contra. El censo electoral era entonces de 14’237.110. Para elegir a los constituyentes votaron 3’710.110, lo que significó una participación del 26,6 por ciento, frente a una abstención del 73,4 por ciento.
Menos de cuatro millones de ciudadanos eligieron a los constituyentes y a pesar de eso, de que la convocatoria expresamente advirtió que sus funciones eran limitadas, derogaron la Constitución de 1886 y revocaron al Congreso, que había sido elegido con más votación. El plebiscito de 1957 lo votaron 4’397.090 favorablemente y 206.894 en contra.
Ahora, cuando se propone un plebiscito para aprobar los acuerdos de la paz, a algunos les parece poco que para su adopción se requiera como mínimo el 13 por ciento del censo electoral (unos 4’300.000), cuando para elegir la Constituyente, que expidió la Constitución que nos rige, solo votaron 3’710.110, lo que significó una abstención del 73´,4 por ciento.
En Colombia la gente no vota, prefiere botar corriente.
