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A propósito de la expulsión de la alemana Rebecca Linda Marlene Spröber, por participar en las marchas de protesta en Cali, vale la pena recordar acciones similares ocurridas hace varios años. Durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, la argentina Marta Traba, crítica de arte y fundadora con Gloria Zea del Museo de Arte Moderno de Bogotá, hizo algunos comentarios sobre la situación social del país que no fueron del agrado del primer mandatario. Él, que era como un Renault 4, chiquito y echao pa’lante, anunció que la expulsaba de Colombia. Ella era muy querida por el mundo intelectual de la época. Y todos a una protestaron por la determinación de Lleras. Es más, tenía un hijo colombiano con Alberto Zalamea, Gustavo, quien luego sería un gran pintor y desgraciadamente murió muy joven. Para evitar que se cumpliera la decisión del gobierno, Traba y Zalamea, quienes no se habían casado, resolvieron hacerlo y de esa manera la argentina pudo quedarse en nuestro país.
(A propósito de Zalamea, aquí se dijo la semana pasada que él había llegado a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, elegido por el M-19. No, su elección fue por el Movimiento de Salvación Nacional de Álvaro Gómez Hurtado. ¡Quién lo cre… Lleras!).
Otro caso similar, para recordar, fue en el gobierno de Misael Pastrana Borrero. Su secretario general, Rafael Naranjo Villegas, ordenó la expulsión del país de Farid Kamel, periodista de la France Press, por haber hecho despachos informativos que no gustaron al gobierno. Para sorpresa del Ejecutivo, el comunicador no era ningún fedayín, sino nacido en una población del Tolima. Con esos informantes que tenían entonces en la sede presidencial, casi que corre igual suerte Yamid Amat. Se salvó porque en esa época trabajaba en El Espacio y firmaba sus columnas como Juan Lumumba.
No se entiende cómo expulsaron a una ciudadana alemana cuando, según uno de los hijos del Ejecutivo, María Fernanda Cabal es la Merkel colombiana.
