Vale la pena releer por estos días las memorias de la Revolución Sandinista escritas por Sergio Ramírez, Adiós, muchachos, en donde rememora los inicios de la guerrilla nicaragüense que derrotó a la dictadura de los Somoza. Se pone uno a pensar si de verdad valió la pena tanta lucha, tantos muertos, para llegar a lo que es hoy una dictadura peor, la de los esposos Ortega y Murillo.
Ramírez, con esa prosa que le valió el Premio Cervantes, describe cómo fueron esos comienzos de la lucha en 1979, cuando soñaban con un país mejor, sin presos políticos, con democracia y sin Somoza Debayle.
La figura del sátrapa latinoamericano que...
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