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En las elecciones del pasado domingo varias cosas saltan a la vista. Que el país nacional vota distinto del país político.
En las parlamentarias, la Unidad Nacional que apoya al gobierno Santos (la U, liberales y Cambio Radical) obtuvo 4’952.912 y el presidente-candidato apenas logró 3’301.427. Por el contrario, Óscar Iván Zuluaga, del Centro Democrático, sacó 3’759.912, cifra que superó los 2’043.780 que obtuvo su jefe Álvaro Uribe en su aspiración al Senado. Lo cual quiere decir que mientras el primero perdió un poco más de millón y medio de votos entre primera y segunda vueltas, el segundo los ganó.
El conservatismo, en las parlamentarias, logró 1’934.755, que es casi la misma cifra de su candidata Marta Lucía Ramírez, 1’995.657. Clara López Obregón casi cuadriplicó la votación del Polo por cuanto en las parlamentarias éstos apenas lograron 540.060 y ella el domingo estuvo cercana a los 2 millones: 1’958.371. Enrique Peñalosa en la consulta de marzo llegó a los 2 millones de votos y el pasado domingo apenas obtuvo la mitad, 1’065.132. De todas maneras le queda la satisfacción de haber casi duplicado a su propio partido, el verde, que en marzo obtuvo 563.259.
¿Qué pasará el 15 de junio? Es más fácil predecir lo que ocurrirá el día antes, en el Mundial del Brasil entre el equipo griego de Atenas y el de la Atenas Suramericana. Hay quienes prevén que Santos logre sumar los votos de la izquierda y parte de los conservadores y de Peñalosa, que apoyan las conversaciones de La Habana. Esto le podría dar una ventaja frente a Zuluaga, que lograría apenas algo de los conservadores.
De todas maneras hay que recordar que en la primera vuelta de 2002, Horacio Serpa le ganó a Andrés Pastrana y éste en la segunda resultó elegido por 6’114.752 frente a los 5’658.518 de Serpa.
Lo único que quedó claro el domingo es que Petro barrió… en Ucrania y en Colombia la empanada le ganó a la mermelada.
