Macrolingotes

Pensar que el hoy presidente venezolano lo que quería era ser beisbolista. Eso es lo que cuentan Cristina Marcano y Alberto Barrera en el libro Hugo Chávez sin uniforme.

Hoy ya tiene 10 años bateando de hit, con las bases llenas y nada que llega a las tres bolas y dos strikes. Lo cierto es que los venezolanos, así como el béisbol, gustan de los presidentes de largos mandatos, o más exactamente, de los dictadores. La historia política de ese país, entre 1830 y 1935, puede ser estudiada a través de sólo tres figuras: José Antonio Páez, Antonio Guzmán Blanco y Juan Vicente Gómez. Fueron tres caudillos militares, de los cuales uno solo (el segundo) hizo estudios universitarios. Pero eso sí, todos los mandatarios de ese país han tenido amantes, desde Bolívar hasta Carlos Andrés Pérez, según lo relata un libro aparecido hace unos 20 años y de cuyo nombre quisiera acordarme. El único casto ha sido Rafael Caldera. De pronto por eso es que aún vive, a pesar de sus años. ¿Tendrá amante Chávez?

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Juan Vicente Gómez, quien era medio cucuteño, gobernó durante 27 años y con él comenzó la riqueza petrolera. Trasladó su despacho a su hacienda en Maracay. Allá fue a visitarlo Charles Lindbergh y cuando las hijas del mandatario le entregaron un bello ramo de flores, el legendario aviador preguntó en un mal español: “¿Son naturales?”. A lo que contestó el mandatario: “Naturales, pero reconocidas”.