Macrolingotes

HA SIDO NOTICIA EL TRIUNFO DE Mauricio Funes como presidente de El Salvador, por dos razones: una por haber sido el candidato de la guerrilla reinsertada, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), y otra por ser un destacado periodista, tanto que Patricia Lara sostuvo en este mismo diario que eso era tanto como elegir a Yamit Amad, entre nosotros.

Un importante periodista italiano, Piero Ottone, sostiene que en los países del Tercer Mundo, en los medios escritos, hay un primer estadio en el cual los periódicos hacen política y luego, a medida que pasan los años, hacen información. Ese fenómeno sucedió entre nosotros por allá hasta comienzo de los años setenta cuando los diarios escritos eran muy politizados y la llamada Gran Prensa elegía presidente y un editorial de Roberto García-Peña o Luis Cano hacía temblar a los gobiernos. Eran los tiempos en que tenían no sólo lectores sino e-lectores. Para ser presidente primero debían ser periodistas. Están los ejemplos de Eduardo Santos, Alberto y Carlos Lleras, Laureano Gómez, Alfonso López, Pumarejo y Michelsen, entre otros.

Cuentan en Neiva que cuando estaba muy joven el ex presidente Misael Pastrana tenía un periódico, El Porvenir, y a él tocaba redactarlo, corregirlo y divulgarlo. Y cuando la gente lo veía por las calles repartiéndolo, comentaba: “Ahí va el mono Misael con su porvenir debajo del brazo”.

Ojalá que a nuestro colega, elegido en el país centroamericano, le vaya bien, y se convierta en El Salvador de esa nación. Y le eche Arena al que será su partido opositor.

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A propósito de lo escrito hace ocho días sobre el jurista (ese sí jurista), Crótatas Londoño, me cuentan que en una ocasión el maestro Echandía, que lo acompañaba, llamó a su señora y le comentó: “Aquí estoy con Crótatas”. Y ella le preguntó: “Mijo, y ¿qué está tomando para eso?”.