Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
BASTANTE SE HA CRITICADO QUE EL Gobierno haya nombrado como nueva cónsul en Londres a una joven profesional muy eficiente, pero que no habla inglés.
La verdad es que eso no es nuevo en este país, en donde no hay carrera diplomática sino diplomáticos a la carrera. Cuando a comienzos del siglo XX Colombia discutía con los Estados Unidos los términos de un tratado para construir el canal de Panamá, antes de que se produjera la separación, el presidente Marroquín nombró para esas negociaciones a un personaje muy importante, que había sido gobernador de Cundinamarca, canciller y luego llegaría a la Presidencia de la República. Se trataba de José Vicente Concha. Naturalmente no se pudo avanzar nada, porque mientras el jefe del Departamento de Estado, señor John Hay, hablaba de binding (‘vinculante’), Concha pensaba que le estaba echando vainas.
Así siempre se ha manejado nuestra Cancillería, la misma que tiene penando al ex fiscal Mario Iguarán, quien se sentía en un lago de Ginebra, sin guardaespaldas, cuando ahora se entera que en Suiza designarán a nuestra embajadora en Montevideo, Claudia Turbay.
~~~
Los cubanos de Miami quedaron viendo un chispero después del éxito de Juanes en La Habana. El concierto y el entusiasmo de más de un millón de personas demostraron que, contrario a lo que ellos dicen, el son se quedó en Cuba. En el país más musical de América, la política no cuenta para esos efectos.
Esa intransigencia, esa testarudez del exilio cubano es lo que impide levantar el bloqueo en perjuicio de sus propios compatriotas y familiares. Juanes, Miguel Bosé y los otros artistas que se presentaron en la Plaza de la Revolución, demostraron que a los cubanos de la isla aún les corre por la sangre ese espíritu que nos legaron la Sonora Matancera, el Trío Matamoros y tantas agrupaciones que alegraron y enamoraron en los años cincuenta.
Ante el gesto de Juanes, los cubanos le cogieron la caña.
