Macrolingotes

DEFINITIVAMENTE DESAPARECIEron las grandes manifestaciones en plaza pública. Antes el reto de los candidatos era llenar la Plaza de Bolívar el último día de campaña. La radio, la televisión y más recientemente el Twitter cambiaron las costumbres políticas.

Los analistas norteamericanos aseguran que las agencias publicitarias venden abiertamente presidentes desde 1952, cuando Dwight Eisenhower se presentó a la reelección de 1956.

Que se recuerde, la primera elección en los Estados Unidos en donde influyó la televisión fue en 1960. Nixon y Kennedy llegaron a un estudio y una diminuta luz roja comenzó a resplandecer y allí se opacó el primero y brilló el segundo. La pantalla retrató claramente a Nixon, sin ton ni xon, lo mostró como era, pero el norteamericano común prefirió al joven de rasgos borrosos e hirsutos, con peinado moderno y de corbatas delgadas, como lo era Kennedy. El mismo Nixon le echó la culpa a su cara. Mc Luhan, teórico de las comunicaciones, declaró en su momento: “Sin televisión, Nixon se habría salido con la suya”. Quien en ese momento perdió y después sería presidente, no era bueno para la televisión pero excelente para las grabaciones, tanto que años después a muchos demócratas los dejaría en cinta. Pero en esa primera oportunidad su cara le salió cara.

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En esta campaña presidencial colombiana, repito, no ha habido la primera gran manifestación en plaza pública. La televisión y las encuestas copan la atención, pero la verdad es que la presentación de los aspirantes en las pantallas no influye mucho en el elector. Éste se ve más orientado por las encuestas, en donde todos sus realizadores se creen Napoléon, y en eso son Franco.

Así como la televisión puso fin a las manifestaciones de plaza pública, muy pronto las elecciones van a ser reemplazadas por simples encuestas. De esta manera el Estado se ahorrará muchos miles de millones que tanto hacen falta para Agro Ingreso Seguro.