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EL GOBERNADOR DEL VALLE DEL Cauca, Juan Carlos Abadía, tiene nombre de rey español y apellido de iglesia o monasterio, regido por un abad.
Pues parece que se creyó esos títulos, y desde su territorio promovió la candidatura conservadora de Andrés Felipe Arias, para lo cual convocó una reunión con los alcaldes de su departamento. Su conducta mereció sanción de destitución de la Procuraduría por indebida intervención en política.
En realidad, el tiro le salió por la culata en todos los sentidos. Cuando Noticias Uno reveló la reunión con todo y video, el Gobernador quedó al descubierto, tanto que el vicepresidente Francisco Santos, con esa franqueza que lo caracteriza, le dijo días después, en medio de un saludo en Cali: “Estás pillao”. La escena también la divulgó la misma red independiente del Coronell Daniel.
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Todo lo anterior fue antes de la consulta conservadora. Entonces, frente a tantas evidencias, el gobernador Abadía dio la contraorden a sus huestes para que votaran, no a favor de Uribito, sino por Noemí Sanín. Y esa votación —la del Valle del Cauca— fue la definitiva para que la ex embajadora obtuviera el triunfo y se consagrara como la candidata oficial del conservatismo.
Con tal contraorden el mandatario vallecaucano quería destruir la evidencia y demostrar que la reunión con los alcaldes no había tenido propósitos políticos ya que su departamento le había dado el triunfo a Noemí.
Fue un tiro por la culata, digo, porque salió sancionado don Juan Carlos (el de la Abadía de Cali y no el Rey de España, que costó un Franco) y su protegido resultó derrotado en el mismo departamento del Señor de los Milagros. A Uribito le dieron PIN, PIN, cuando él se consideraba con Ingreso Seguro.
La información aquí relatada no es fruto de la imaginación del periodista sino proviene de una fuente de cuyo nombre mejor no acordarme y que jamás reveleré, porque yo soy autorretenedor de fuentes de alta fidelidad.
