EN 1962, GARCÍA MÁRQUEZ PUBLIcó en México un cuento de mucho realismo mágico en el que se refería a los funerales de la Mamá Grande, soberana absoluta del reino de Macondo, que vivió en función del dominio durante 92 años y murió en olor de santidad un martes de septiembre y a cuyos funerales vino el Sumo Pontífice.
Quién se iba a imaginar que cinco años después llegaría el Papa a Colombia; que el presidente de la República fuera, como lo decía Gabo en su relato, un señor calvo y rechoncho (Lleras Restrepo); que quien leyó el bando en la plaza (podríamos decir, el ministro de Gobierno), era Pastor Pastrana, cuando evidentemente Misael Pastrana ocupaba esa cartera en tiempos de la visita de Paulo VI… En fin, además de realismo mágico, nuestra gloria literaria resultó profeta.
Pero profeta igualmente resultó el mexicano Carlos Fuentes, quien en su novela, La Silla del Águila, también (como lo anotamos aquí hace unas semanas) incluye un personaje que se llama Juan Manuel Santos y es presidente de Colombia. Sí, hay una falla, porque el ilustre azteca lo pone de mandatario en el 2020, quizá creyendo que la reelección de Uribe lo iba a hacer gobernar hasta ese año.
De todas maneras, buenos escritores y además, profetas.
***
A propósito de Fuentes, conjuntamente con el peruano Mario Vargas Llosa, divulgó una declaración de respaldo a Juan Manuel Santos. Aquí también profetizaron lo que iba a ocurrir.
En esta oportunidad, el peruano Vargas Llosa se hizo acompañar bien del profeta Fuentes porque aquel sí no vio la derrota que le iba a dar Alberto Fujimori en su aspiración a la Presidencia de su país en 1990. Es que el autor de La Ciudad y los Perros (su mejor obra), tiene lectores pero no e… lectores.