Macrolingotes

HA DADO DE QUÉ HABLAR EL 'RANking' de los presidentes, publicado en Semana y en el que participó un grupo de historiadores.

Entre las muchas cosas que se han dicho está la ubicación de Virgilio Barco (puesto 13). Pretenden controvertirlo porque la verdad fue que impuso un estilo de gobierno diferente, que le dio excelentes resultados a la República. Demostró ser un verdadero jefe de Estado, al tomar decisiones valerosas en esos años en que el terrorismo quiso tener sitiado al país. Basta recordar, por ejemplo, cómo corregía la plana de inmediato cuando le demostraban la deshonestidad o la indelicadeza de alguno de sus funcionarios. Sus decisiones eran rápidas y sin dilación, como cuando ordenó en cuestión de minutos la extradición de Carlos Lehder, tan pronto lo capturaron. Siempre actuaba como liberal y se jactaba de serlo. Su esquema de gobierno y oposición es propio de las democracias occidentales y tuvo la entereza de aplicarlo por encima de los intereses burocráticos. Su enfermedad fue después de salir de la administración pública, porque sólo una persona con los cinco sentidos es capaz de presidir un gobierno como el que hizo.

En esa época, cuando comenzaron a salir los computadores, la única memoria que fallaba era la de esos aparatos.

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Hay una frase muy sabia que dice: “Las caras de los seres anónimos en los lugares públicos son más sabias y más amables que los rostros de los famosos en los lugares privados”. Ella es de un escritor inglés, W.H. Auden, homosexual, quien se nacionalizó en Estados Unidos y que, a pesar de su orientación, se casó con una hija de Thomas Mann, el de La montaña mágica. Naturalmente, lo hizo para contraer nupcias con un man, porque entonces tampoco había matrimonio para personas del mismo sexo.