MUCHOS TENÍAMOS LA ILUSIÓN DE que después de un descontento general iba a llegar al Magdalena un general contento, el general Manuel José Bonnet Locarno.
Pero como hay jueces y abogados que siempre encuentran tela de dónde cortar, acuden a la tutela para que las cosas se interrumpan. Sólo 24 horas duró la ilusión y quien salió general fue otro, el destituido. Pero, afortunadamente, las cosas no le saldrán tan fácil porque el mismo Gobierno nacional ha dicho que le están respirando en la nuca, y también en el cachete.
Es que en Santa Marta pasa de todo. Allí murió Bolívar; de allí también salió el general Reyes para su exilio a Europa y un día, también de Reyes (6 de enero), frustraron (mejor, pretenden frustrar) una gestión que busca resolver el grave problema de una de las regiones más afectadas por el invierno, también general. Es que nuestro departamento, general Bonnet, es uno de los más locarnos del país. Pero confiemos en que pronto se restablecerá el Estado de derecho. Unos quedarán trinando y otros brindando con du… bonnet.
Algunos mal interpretaron lo que se dijo aquí hace ocho días. En ningún momento se pretendió criticar que los presidentes, ahora, viajaran mucho. Lo que se quiso resaltar es que los tiempos han cambiado. Una cosa es cuando los tiempos eran de los Santos, cuando los mandatarios se la pasaban en Palacio, y otra muy distinta ahora, cuando el tiempo es de otro planeta. Por supuesto es mejor que en estos tiempos los jefes de Estado estén por la calle, viendo las inundaciones y percibiendo los problemas del país con sus propios ojos. Y también que en un mundo globalizado viajen al exterior para ver la curva del desarrollo, sobre todo del desarrollo brasileño, que muestran muy bien las niñas en las playas de Copacabana.
