Publicidad

MACROLINGOTES

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Óscar Alarcón
09 de enero de 2012 - 11:00 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Gonzalo González (GOG) fue un sabio que hizo bien todas las cosas que se propuso hacer. Abogado, periodista, lingüista, catedrático, deportista, músico. En fin, se dedicó a varias disciplinas y en todas ellas brilló con su sapiencia. Por los años sesenta, cuando la plata valía, participó en un famoso programa de TV que conducía Antonio Panesso, Veinte mil pesos por su respuesta, y casi raja al recordado profesor sobre Freud.

Así como era de sabio era modesto, y gracias a la dispendiosa labor de sus hijas acaba de aparecer una selección de sus escritos, la mayoría publicados aquí en El Espectador, bajo el título Los laberintos del lenguaje, con prólogog de Daniel Samper Pizano. Es un gran homenaje al maestro que nos recuerda una pequeña parte de su producción. Desempolva sus escritos en un lenguaje muy castizo y con un fino humor del que siempre hizo gala.

Se ocupa, por ejemplo, del uso de las mayúsculas, sobre lo cual señala que es menos impresionante pronunciar el nombre de Dios que escribirlo. Es lo mismo que pasa con gog. Cuando se refiere a la desinencia anota que hay palabras que indican acción, o lugar de la acción, o instrumento de la acción (cenáculo, espectáculo, obstáculo, invernáculo, pináculo, sustentáculo, oráculo, tabernáculo, vehículo): “Afortunadamente son esdrújulas. De lo contrario serían graves”.

Enemigo de utilizar mal y en demasía los gerundios y los adjetivos: “una estruendosa carcajada”. Aquí dice que el adjetivo sobra y que el lector oiga la carcajada, sin más apelativo. Sobre los diminutivos anota: “Lo invitan a unos traguitos que se convierten en una grandiosa borrachera”.

Gog, y su imaginario compañero, Magog —como Caro y Cuervo—, se adelantaron a la Academia cuando hace treinta años propendían porque se llamara a las mujeres ministra, jueza, pero jamás miembra. Dicen que cuando los jóvenes se cansen del “chévere”, las cosas serán “bacanas”. Hoy todo es “súper”.

Dispendiosa la labor en que se hallan Gog y Magog: están reescribiendo la Biblia.

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.