Publicidad

MACROLINGOTES

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Óscar Alarcón
27 de febrero de 2012 - 11:00 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Hay que hacer votos por la salud del vecino, el nuevo mejor amigo del presidente Santos. Afortunadamente nuestros mandatarios han gozado de buena salud y nos hemos escapado de que nos gobiernen designados y vicepresidentes con quienes nadie sabe cómo nos hubiera ido, por lo menos con algunos de ellos.

En nuestra historia republicana sólo ha fallecido un presidente en Palacio. Se trató de Francisco Javier Zaldúa, persona de trayectoria pero bastante entrado en años cuando llegó a la jefatura del Estado, tanto que había sido secretario de Gobierno de José Hilario López, uno de los presidentes de la Convención de Rionegro y presidente del Estado soberano de Santander. Llegó al gobierno con el apoyo de los liberales, aun de Rafael Núñez, a quien reemplazó en la Presidencia.

Su avanzada edad y su delicado estado de salud hicieron que solicitara al Congreso permiso para trasladarse a Tena y despachar desde allí, en un clima benigno menos frío que el de la capital. Las Cámaras, dirigidas por Núñez, no le marchaban en nada y, por consiguiente, tampoco aceptaron su solicitud y al poco tiempo falleció, a pesar de que había declarado: “Ni me someto, ni renuncio, ni me muero”. Pero una cosa es lo que se quiere y se desea —consejo que debe tener en cuenta el vecino— y otra es lo que el destino y Dios nos tienen deparado.

Si mi memoria no falla, también en Venezuela, aparte del dictador Juan Vicente Gómez, fallecido en 1935, ningún otro presidente ha muerto en ejercicio del poder. Precisamente éste, en su condición de vicepresidente, fue encargado por el también dictador Cipriano Castro el 24 de noviembre de 1908, quien en un gesto de mucha confianza viajó a Berlín para que le practicaran una pequeña cirugía y no volvió jamás (allá murió), porque Gómez le salió general. Afortunadamente ya no van a Alemania. Van cerquita, a Cuba, en donde un golpe no logra volverse Maduro. Y Adán, el hermano de Chávez, no se atreve a pasar las de Caín.

 

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.