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Conocí a Juan Carlos Henao cuando era él era estudiante primíparo, y yo, primíparo en la cátedra de derecho público, ambos en el Externado.
Desde entonces tenía una particular atracción por los pensadores de ciencia política, y se convirtió en uno de los alumnos predilectos, no sólo del rector Fernando Hinestrosa, sino también de Manuel Gaona. Concluidos sus estudios de pregrado viajó a Francia con su mujer, la pintora barranquillera Vicky Neumann. Su proyecto era estar un par de años y especializarse, pero se prolongó por varios años más. Estudió diversas disciplinas, desde Rousseau hasta derecho constitucional y responsabilidad extracontractual del Estado, en lo cual es una autoridad en el país.
Con él compartí el dolor de la muerte de los magistrados del Palacio de Justicia, y especialmente de Manuel Gaona, amigo en común. Frente a esa tragedia y ante el dolor de que las nuevas generaciones ignoraran lo que significó este profesor y magistrado, nos dimos a la tarea de recoger el pensamiento de tan gran maestro. Henao con Rodrigo Uprimmy, Jaime Orlando Santofimio y Roberto Burgos hicieron realidad ese proyecto, que quedó concretado en dos tomos que publicó la Superintendencia de Notariado y Registro, entonces a mi cargo.
Hoy, el inquieto estudiante de los años ochenta se convierte en el heredero natural de Fernando Hinestrosa en la rectoría de la Universidad Externado de Colombia. Parece que el mismo maestro, recientemente fallecido, hubiera hecho la escogencia, porque él se había convertido en su alumno aventajado, en el heredero de ese liberalismo contestatario del siglo XXI, en su compañero de caminatas por el boulevard Montparnasse o por el jardín de Luxemburgo, como también por los cerros sabaneros de Bogotá.
Lástima por la Corte Constitucional que pierde a uno de los mejores exponentes del nuevo derecho. Bien por el Externado, que lo gana.
