MACROLINGOTES

La Constitución de 1886 estableció la figura del vicepresidente que debía ser elegido al mismo tiempo, por los mismos electores y para el mismo período del presidente.

Pero además, si no hubiere vicepresidente o éste no pudiere encargarse del poder, había un designado que era elegido por el Congreso cada dos años.

Cuando murió Rafael Núñez el radicalismo quedó prácticamente sin jefe y Miguel Antonio Caro, que se las sabía todas pero no tenía un voto, ante la imposibilidad de aspirar porque estaba encargado del poder, se inventó una fórmula para las elecciones de 1898 con los nombres de Manuel Antonio Sanclemente para la Presidencia y José Manuel Marroquín para la Vicepresidencia. Eran dos ciudadanos de quienes sabía él que eran ineptos para gobernar, el primero por su estado de salud (sufría del corazón y no podía vivir en Bogotá) y el otro por su carácter y su aversión a la política. Pero además ambos eran ancianos de 82 y 71 años, respectivamente. Con este panorama, Caro aspiraba a seguir en el Palacio de San Carlos pero entrando por la ventana o por la puerta de atrás, es decir, haciéndose elegir designado.

La jugada no le funcionó porque Marroquín le dio golpe de Estado a Sanclemente y se quedó en el gobierno con las consecuencias conocidas: la Guerra de los Mil Días y la separación de Panamá.

Lo anterior es algo muy similar a lo que pretenden hacer algunos con el único colombiano de los cuarenta millones de somos que no puede aspirar a la Presidencia. Pues están empecinados en hacerlo entrar a la Casa de Nariño por la ventana o por la puerta de atrás, es decir, haciéndolo inscribir como vicepresidente para que el candidato a la Presidencia actúe en cuerpo ajeno y luego él quede en funciones.

Quien no conoce la historia, está condenado a oír a Diana Uribe. Si el candidato a presidente es Angelino Garzón o cualquier otro, y el vicepresidente sería quien sabemos, eso sí les va a salir Caro.