Supongamos que el presidente Santos es reelegido y que el expresidente Álvaro Uribe es elegido senador, porque no le ocurrirá lo mismo de Guillermo León Valencia, quien, luego de ser presidente, aspiró a esa alta corporación y no salió elegido.
En este escenario, y partiendo de la base de que Uribe tendrá una votación considerable, sus colegas optarían por elegirlo presidente del Congreso. Como tal, y por Constitución, el próximo 7 de agosto le corresponderá darle posesión a Santos. ¿Cumplirá esa función constitucional? Averígualo, Vargas (Germán).
En nuestro país ha ocurrido de todo. La situación ya se presentó el 7 de agosto de 1904 con motivo de la posesión del presidente conservador Rafael Reyes, quien resultó elegido gracias al fraude hecho en La Guajira con el famoso Registro de Padilla por el cacique Juanito Iguarán. El contrincante, cartagenero, también conservador, Joaquín F. Vélez, jamás reconoció su derrota y como presidente del Senado, que lo era, se abstuvo de darle posesión al jefe del Estado. Había sido gran amigo del presidente Rafael Núñez, de quien fue su embajador en el Vaticano y como tal firmó el Concordato con la Santa Sede.
El 4 de julio de 1904 el Gran Consejo Electoral declaró elegido legalmente a Reyes. Días previos al 7 de agosto el mandatario electo, en la búsqueda de un entendimiento honroso, visitó a Vélez y éste, que era un hombre rígido como una barra de hierro, lo recibió frío, y hoscamente y con la franqueza que le era habitual le manifestó que no lo consideraba como primer magistrado de la Nación, sino como un usurpador. En consecuencia quien lo posesionó fue el vicepresidente del Congreso, José Vicente Concha.
Quién sabe si la historia se repita porque, como dicen las señoras divorciadas, para Santos, Uribe es su “ex”.