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Al profesor Germán Bustillo lo recuerdo en el Externado enfrentado a los compañeros de la izquierda en las asambleas estudiantiles.
Hace unos años me invitó a la Universidad Militar para que dictara una conferencia a los generales de la República sobre el Ombudsman, esa figura que se inventaron los escandinavos —parecida al procurador, pero no son iguales— y que se extendió por el mundo. Las vueltas que da la vida: hoy está en la terna para Procurador, pero es un candidato sui generis. No tiene celular, el teléfono fijo de su casa no cuenta con contestador y muy pocas veces hay alguien que lo responda.
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El único contacto que ha tenido Bustillo con sus virtuales electores fue la semana pasada cuando lo invitaron al Senado a presentarse. Realmente no sé cómo hicieron para ubicarlo, entre otras cosas porque ahora le toca estar al aire libre, ya que es un fumador empedernido. Otro amigo que tuvo suerte, lo llamó a felicitarlo y como creía que era para pedirle puesto, le dijo: “Tengo comprometida la Viceprocuraduría, de ahí en fuera escoge, lo que quieras”. Definitivamente nuestro compañero se quedó en los diálogos con Platón. Como buen discípulo del profesor Hinestrosa, es un ex ternado.
