Publicidad

Pastrana y Gómez

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Óscar Alarcón
20 de enero de 2015 - 02:22 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Rodrigo Marín Bernal, gran amigo y quien falleció la víspera de Año Nuevo, me confesó, en una larga entrevista que tuvimos, secretos de la mala relación entre el presidente Misael Pastrana Borrero y el dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado. Gran parte de esa charla me sirvió para mi libro La cara oculta de la Constitución de 1991 (Planeta, 2011).

Según Marín, el florero de Llorente que causó el rompimiento para siempre de las relaciones de ambos jefes políticos tuvo origen ocho días antes del secuestro de Gómez, a propósito de unas declaraciones que éste había dado por esos días. Los dos se encontraron después en la embajada del Perú y Pastrana lo increpó duramente porque reclamó para sí la vocería y la jefatura de su partido y que Gómez hacía mal en tomársela. El aludido recibió mudo el regaño y no respondió nada. Teniendo ese resentimiento vino el secuestro y allá, en medio de la soledad, debió meditar esas palabras en los 53 días que permaneció privado de su libertad.

Cuando Álvaro Gómez retornó a su casa el 20 de julio, muchos amigos fueron a visitarlo esa noche. A la entrada había una lista de personas a las que les estaba permitido el ingreso, entre las que no aparecía Pastrana, por razones obvias. Al día siguiente, Gómez recapacitó y lo llamó para excusarse por la omisión y al poco tiempo Pastrana fue a visitarlo en compañía de su amigo Carlos Martínez Simahan. El encuentro fue muy frío y además Gómez no lo invitó al acto que iba a realizar pocos momentos después en la sede de El Siglo, en donde concedió una rueda de prensa para revelar detalles de su secuestro.

Es que Marín Bernal (¡cómo lamentamos su muerte prematura!) siempre fue muy cercano a Gómez Hurtado y por eso, con toda certeza, me hizo ese relato, autorizándome a que lo citara como fuente. Fue ese incidente el florero de Llorente que puso fin a una mala relación. Pero este florero nada tiene que ver con quien fuera el ministro Llorente del presidente sonriente.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.