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¿Qué nos depara el destino?

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Óscar Alarcón
07 de junio de 2022 - 05:30 a. m.
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La verdad es que ninguna de las encuestas dio como segundo a Rodolfo Hernández ni anticipó la derrota de Fico. Lo que a muchos sí les llamó la atención, 10 días antes de los comicios, fue el estreno como columnista de Felipe López Caballero en Semana, que fuera su revista. No tanto por esa circunstancia, sino porque hablaba de “dos candidatos”, sin referirse ni mencionar a Fico: “Petro es un populista de izquierda, elocuente, pseudointelectual y sofista. Hernández es un populista de derecha, elemental, ramplón y folclórico”.

Me llamó la atención su columna, porque siempre he considerado a Felipe López el hombre mejor informado del país, como lo era su padre. Entonces, en su momento, me pregunté: ¿él sabrá que estos son los que van a la segunda vuelta? Ante mi inquietud, me aclaró: “Era una columna sobre el populismo en campaña y no un análisis electoral. Pero eso no me quedó claro. Por eso no mencioné a Fico”.

De todas maneras, fue ese el primer campanazo que se dio sobre lo que sucedió el 29 de mayo y que ninguna de las encuestas se atrevió a pronosticar con claridad, mucho menos los analistas políticos, quienes a veces confunden el culo con las témporas, como diría Gabo.

Los votantes están desconcertados. A ninguno de los elegidos se le nota optimista. Petro propone un acuerdo a su contraparte R. H. (como ya se le conoce a Rodolfo Hernández). No se sabe si es positivo o negativo. Él sigue en la cocina de su casa echándole candela a su triunfo, a su derrota o a su defensa judicial que, paradójicamente, así lo quiera desconocer, no tiene nada que envidiarle a tanta “robadera” que dice combatir.

El general Rafael Reyes, quien salió electo con un fraude que se conoce como el Registro de Padilla, dijo que en su gobierno habría menos política y más administración. Cerró el Congreso y terminó volándose, desprestigiado y con una pesada bolsa de libras esterlinas. De pronto R. H. se va en Berlinas del Fonce.

¿Qué nos depara el destino?

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