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¿Y los capos gringos?

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Óscar Alarcón
16 de febrero de 2016 - 02:00 a. m.
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Los países productores de cocaína siempre han colaborado con los EE. UU., el principal consumidor del producto.

Les extraditan a cuanto capo solicitan. Colombia ha dado su contribución. Allá están los hermanos Rodríguez Orejuela, Pastor Perafán, Carlos Ledher, entre otros. Miembros de distintos carteles también están allá o fueron dados de baja, como el tristemente célebre Pablo Escobar.

México ha sido igual. Después del bochornoso espectáculo de “Chapo” Guzmán, saliendo olímpicamente de cárceles, los EE.UU. esperan su extradición y el Gobierno tiene todo el interés en atender la solicitud ante el temor de ser nuevamente burlado. Pero ¿dónde están los “capos” norteamericanos? ¿Es que acaso los dueños del negocio son solo latinoamericanos? La pregunta se la formuló Gerardo Reyes al tristemente célebre exembajador Myles Frechette, y respondió: “Sí, hay gringos. Siempre ha habido criminales americanos, pero el hecho es que muchos de los criminales más famosos de renombre fueron de origen extranjero: italianos, mexicanos, dominicanos, jamaiquinos, colombianos, chinos. Desde el siglo XIX, mucho del crimen organizado en Estados Unidos ha involucrado gente de escasa educación, de reciente llegada a este país”.

Por cuenta del narcotráfico en Colombia han matado ministros, incendiaron el Palacio de Justicia. ¿Y dónde están las víctimas en los EE. UU.? Mejor dicho, los gringos son muy educados para no meterse en el negocio, ellos están lejos del mal y cerca del bien. La prensa internacional, que yo recuerde, jamás habla de un traficante de drogas nacido en esas tierras. Ellos simplemente están para consumirla, pero jamás para comercializarla. La droga llega a los puertos norteamericanos y solo latinoamericanos u orientales las reciben y la distribuyen a los nacionales. Hay pocos gringos, pero son tan pocos e insignificantes que no tienen renombre y ni siquiera los cogen.

Cuando están jóvenes, los gringos se dedican a comprar armas y a atacar a niños en los colegios y a personas en los supermercados, pero jamás a negociar con drogas, eso es para los latinos. Para los del Plan Colombia. Y ahora Paz Colombia.

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