Aristóteles y Biden

Oscar Guardiola-Rivera
11 de noviembre de 2020 - 05:05 a. m.

Para entender el significado de las elecciones estadounidenses recomiendo dos cosas: Aristóteles y Biden. O mejor, leer la Poética de Aristóteles y usar sus lecciones para analizar el enfrentamiento entre la derecha Demócrata junto a sus apoyos republicanos (como el exgobernador de Ohio John Kasich) y el ala izquierda que representa la congresista Alexandra Ocasio-Cortez tras declararse victorioso Biden.

¿Aristóteles? Sí. Basten dos razones. Primera, Trump ganó en el 2016 por una metáfora: el muro. Sus resultados y los del GOP en el 2020 muestran que el poder de esa metáfora persiste. Al analizar el poder de las imágenes en uso por políticos reales como Pericles o imaginarios como Creón, y el efecto de las tales sobre la audiencia, la tragedia y la farsa, Aristóteles puede ser tan o más relevante en nuestra era del espectáculo que en la Grecia antigua. Segunda, sobre la base de las prescripciones de Aristóteles acerca del alcance de la trama la filosofía política moderna ha revelado el entrelazado que une trágicamente la ley de la familia y la ley del estado, la profecía antigua y el sueño barroco republicano, o, en general, la creación y la destrucción.

Los lectores sabrán reconocer aquí una de nuestras ideas más familiares hoy: la supuesta unidad y equivalencia entre revolución y tiranía. Si las contradictorias reacciones iniciales a las elecciones presidenciales estadounidenses sugieren algo es que dicha idea funciona como ley de la ley o el juicio moral de los tiempos tragicómicos que vivimos.

Me refiero a la farsa de que la reacción postfascista y el novum de la izquierda Democráta de alguna manera se cancelan mutuamente y la moderación encarnada en Biden triunfa. Los medios liberales proclaman entonces la unidad armoniosa del pueblo estadounidense en el centro independiente de raza, sexo o clase. Quedan sin explicar las derrotas de los Demócratas conservadores en la Cámara Baja y de Biden en Ohio o la alta probabilidad de un Senado republicano que pondría a Biden en una posición mas débil que la de Obama en 2008.

Los conservadores prefieren culpar a la izquierda y Black Lives Matter por su propia derrota. De hecho, las de izquierda ganaron y BLM, el activismo Negro y Latino desde abajo permitieron a Biden triunfar en Detroit, Philadelphia, Georgia y Arizona. Queda sin explicar también la paradoja de un porcentaje considerable de las personas que votaron por Trump en Florida quienes también votaron por la Enmienda para aumentar el salario mínimo en el estado. Así, los matices clave se juzgan insignificantes frente al llamado (moral, no político) a la unidad y la moderación en el centro.

La académica de Estudios Clásicos Elizabeth Bobrick había ofrecido una interpretación similar de la tragedia clásica Antígona. “La obra, llamada así por su joven heroína, refleja la desunión de Estados Unidos”. Nada hay de malo en querer reflejarnos en el pasado mítico para iluminar los peligros del presente. Pero puede haber algo bastante sintomático en el hecho de que nuestra imaginación de la tragedia y lo trágico nos devuelva una imagen refleja tan familiar como desesperada: estamos atrapados en el mar de extremos, anhelando el retorno a terrenos mas seguros y a las ciudades bien amuralladas del pasado. ¿No es esa la fantasía que Trump ha vendido con éxito a sus millones de electores? Celebremos. Trump ha sido derrotado. Pero el Trumpismo no.

 

Héctor(00564)11 de noviembre de 2020 - 04:37 p. m.
Este señor se pega un enredo de la Madonna en citar clásicos griegos, literatura con Biden. O quiere hacer alarde de sabiduría aunque muchos no lo entiendas, o es eso lo que pretende. Hacerle apología al siniestro muro de Trump al decir que eso lo catapultó es lo más ridículo que se haya escrito. Los muros se derrumban, no endiosan a sus autores
Atenas(06773)11 de noviembre de 2020 - 02:01 p. m.
Y en este batiburrillo de supuesta erudición q' con ladino criterio nos vierte Guardiola, como cuando señala q' a Trump lo catapultó el muro de la discordia sí es una muy pobre apreciación. En este mismo medio, varios columnistas, más atinados, se lo atribuyen a negligencias económicas del gobierno Obama al interior de USA y a la pobreza rural. ¿Y la Grecia clásica fueron Tebas, Corinto,Esparta?
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