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Neoliberalismo mágico

Oscar Guardiola-Rivera
09 de febrero de 2022 - 05:02 a. m.

Trivializar el conflicto entre quienes producen y quienes se adueñan del capital apelando a las virtudes del emprendimiento individual, ocultar la creatividad de otras trayectorias históricas a un pasado inocente y entonces cerrar de antemano las posibilidades futuras al postular un orden que promete unidad de antemano es el truco de los neoliberales. Cabe hablar en tal sentido de un neoliberalismo mágico. Los neoconservadores añaden su negativa a reconocer las consecuencias perversas de dicho orden y su preferencia por la eliminación del desorden, que perciben como dispersión y disidencia. Partiendo de esa premisa, apelan a nociones de pureza que proyectan sobre otros grupos como autenticidad estática o falta.

A pesar de compartir la agenda que privatiza el poder, las élites económicas se dividen entre neoliberales y neoconservadoras. Estas últimas más prestas a invertir en represión y la erosión de los servicios públicos, lo que radicaliza las inequidades, multiplica las crisis y la mistificación. Y mientras los neoliberales demandan más privatización, mientras ofrecen construir un nuevo centro conservador-progresista que prometería a los conservadores neutralizar el real centro conflictivo de la sociedad, estos últimos demandan mas eliminación de la diferencia y de los servicios que la toleran. Radicalizados de tal manera, ambos generan las derivadas fascistas actuales.

Le ocurrió a la Sachlichkeit de Merkel en Alemania donde AfD repunta. Es el caso del nacionalismo pequeñoinglés post-Brexit, y de Francia donde la guerra oculta que adelanta en el Sahel militariza el ambiente paneuropeo tanto o mas que la percibida amenaza sino-rusa. Las limitaciones del marco europeo, que intenta parecer al tiempo tecnócrata y populista sin reformarse, se sienten aún en España donde una reforma laboral progresista casi se cae bajo el peso sumado de dichos marcos infranqueables, el consensualismo del PSOE, y la centrífuga regionalista de las izquierdas localistas.

La lección relevante de los mejores libros del 2021 para la política del 22, los escritos por Carl Langebaeck, David Graeber y David Wengrow, es el experimentalismo y la habilidad de las sociedades llamadas nativas o tradicionales para reinventarse, comparada con nuestro estancamiento y estasis. No se trata solo de reconstruir las instituciones democráticas tras la guerra (que persiste) sino de inventar otras. ¿Qué tal, por ejemplo, aprender algo de la propuesta para una Alianza por el Trabajo que no pudo florecer en la Alemania de Merkel? Pero también crear un bloque contrahegemónico con los movimientos sociales y de protesta, aprendiendo las lecciones de la minga y los jóvenes chilenos y colombianos de los últimos años. Y de los movimientos de protesta en Norteamérica, afinados en el enmarañado arte de la organización diaria de la política renovadora y progresista. ¿Podremos avanzar al tiempo en la construcción de alianzas transnacionales capaces de confrontar las realidades del capitalismo globalizado? Y antes de decir ‘socialismo’ sería bueno afinar nuestros conceptos de capitalismo. Lejos de sepultar a las comunidades históricas en una premodernidad genérica que jamás ha existido, el capitalismo, también el nuestro, se reproduce como un mecanismo para el manejo de las centralidades y las periferias, de lo que se sabe es mejor no saber. Parece magia. Nuestros antepasados más y menos cercanos lo identificaban como imperialismo. Y se organizaron para evitarlo.

 

humberto jaramillo(12832)09 de febrero de 2022 - 04:38 p. m.
¿identifica capitalismo con neoliberalismo? los comunistas también utilizan el sistema capitalista.El capitalismo no es una ideologia, es un sistema más parecido a un instrumento que a otra cosa.
Hugo(14000)09 de febrero de 2022 - 02:36 p. m.
Columna interesante.Sin embargo parece haber una sobrecarga de proposiciones,cada una de las cuales,requeriría al menos otra columna.Ejemplos: nuestros antepasados se organizaron para evitar el imperialismo¿lo lograron,quiénes?El capitalismo se reproduce para el manejo de las centralidades y las periferias;habilidad de las sociedades nativas para reinventarse y así con otras varias .
PEDRO(90741)09 de febrero de 2022 - 01:59 p. m.
Cuenta regresiva: faltan 179 días para que termine este desgobierno. Piense su voto en las próximas elecciones para congreso. Hay que sacar de ahí a tanto inepto, corrupto y ladrón.
Igor(19369)09 de febrero de 2022 - 12:51 p. m.
2. El autor plantea de forma sutil la teoría del valor marxista: unos producen y otros se apropian del capital. Pero no es así, un emprendedor trae la idea, arriesga su dinero, arriesga su fama e inicia su labor. Genera empleo, genera riqueza, así que lo que gana es su plata. Con qué pretexto se la podemos quitar? Ninguno. Claro que Piketty sugiere el 80% de impuestos, lo más parecido a un atraco
Igor(19369)09 de febrero de 2022 - 12:42 p. m.
1. Boaventura de Sousa dice lo mismo, con aquello de "reinventar" un socialismo y se descubre entonces que la izquierda no sabe para dónde va. Luego de la caída del muro de Berlín y del marxismo quedaron completamente desorientados y ahora sólo atinan a decir eso: hay que buscar, hay que re descubrir. Por eso cuando llegan al poder fracasan, porque imrpovisan.
  • humberto jaramillo(12832)09 de febrero de 2022 - 04:39 p. m.
    ¿Duque es más socialista, o marxista o comunista por lo de la improvisación?
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