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Analizando lo dicho por Aida Merlano en la entrevista de la periodista Vicky Dávila para la versión de televisión digital de Semana.com y en la declaración ante un tribunal en Venezuela, concluyo que lo único que puede ser cierto, a pesar de no ser precisamente un secreto, es que en la costa Atlántica no se obtienen votos si no se entrega algo a cambio.
La compra de votos en la costa Atlántica es un tema que en esta región se ha vuelto una cuestión normal, a pesar de que es un hecho bastante grave que ameritaría una investigación seria de parte de las autoridades electorales y de la Fiscalía. El tema es que esto no se hará porque el problema comienza con el Consejo Nacional Electoral que, como todos saben, es un órgano capturado por los partidos políticos y los congresistas, quienes nombran a los magistrados con la idea de que le cuiden la espalda a su clientela electoral.
Hasta ahí lo dicho por Aida es cierto y no es precisamente un secreto. Lo que sí cuesta creer es que el presidente Iván Duque haya ordenado su muerte. Al primer mandatario se le puede señalar de estar desubicado, de no tener un norte, de no conocer el país que gobierna, pero asegurar o insinuar que es capaz de participar en un hecho tan delicado como lo es un intento de asesinato es una cosa que solo a una loca se le puede ocurrir.
Todo el que conoce al primer mandatario sabe muy bien que es incapaz de un acto semejante. Lo que sí podría ser cierto es que alguien que participa o participó de la red política que Merlano integraba quiera asesinarla o desaparecerla por la información de corrupción electoral que tiene en sus manos, y lo normal sería que las autoridades de investigación judicial indagaran la veracidad de estas acusaciones.
Según Aida Merlano, luego de darse a la fuga fue secuestrada con la idea de asesinarla y desaparecerla. Sin embargo, su hija, quien dio entrevistas prácticamente en todos los medios de prensa y además posó sin ropa para la revista Soho, en ningún momento mencionó alguna preocupación por este supuesto hecho.
En el caso de que fuese cierto el secuestro en Valledupar, de donde supuestamente se les escapó a sus captores, tendríamos que concluir que Aída es una experta en fuga y de paso preguntarnos por la manera como logró pasar la frontera con Venezuela sin problema alguno. Este es un territorio plagado de criminalidad por la presencia de bandas del narcotráfico, del Eln, de las disidencias de las Farc y del Clan del Golfo, en donde es imposible estar siquiera unos minutos sin dejarse ver.
Puede ser que las declaraciones de Aida Merlano estén contaminadas por la compañía de Nicolás Maduro. El tema es que eso no puede ser excusa para que la Fiscalía General de la Nación y la Corte Suprema de Justicia no asuman la tarea de investigar si algo puede haber de cierto en lo que dice Merlano. Se supone que tanto las autoridades judiciales como el mismo Gobierno Nacional están comprometidísimos con la lucha anticorrupción. Pues bien, señores, es hora de que lo demuestren asumiendo la tarea de acabar con las redes de compra y venta de votos en la costa Atlántica, además de que sería la prueba de fuego para el bloque de búsqueda contra la corrupción que liderará la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez y de paso servirá para demostrar que esta no es una de esas tantas ideas que en Colombia se lanzan al aire y resultan inútiles.
En este mundo, hasta el criminal más mentiroso de vez en cuando dice una que otra verdad y es bueno saber qué corresponde a la verdad y qué es mentira.
