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No sé hasta dónde esté dispuesto a llegar el alcalde Gustavo Petro con su argumento de que la Procuraduría no tiene facultades sobre el, por ser funcionario público elegido por voto popular.
Hasta donde se sabe, el competente para aplicar sanciones disciplinarias con relación a los servidores públicos, incluyendo los de elección popular es el Procurador, así al burgomaestre no le guste.
Me pregunto si esta manera de pensar o proceder, hace parte del diario vivir de la izquierda en Colombia, que cuando le conviene una cosa es buena y cuando no le conviene es mala. Será por esto que por ejemplo, no se le ha visto hasta el momento a este sector político una declaración fuerte, en la que se muestre a favor de una posible cárcel para los jefes guerrilleros que se desmovilicen tras un acuerdo de paz, así sea de pocos años.
Hasta donde recuerdo, este mismo sector en momentos en que se daba la discusión de los alcances que tendría la Ley de Justicia y Paz, que permitiría la desmovilización de los paramilitares, decía que no era posible un “Perdón y Olvido” para los jefes de las AUC, porque estos estaban involucrados en desapariciones, asesinatos, masacres y secuestros, es decir en Crímenes de Lesa Humanidad, los mismos en los que se encuentran involucrados los jefes de la guerrilla. Es ahí donde uno no entiende, como para unos se pide cárcel de manera contundente y para otros que cometen iguales delitos, se es tibio y esquivo en la respuesta.
Lo mismo ocurre con Gustavo Petro, porque cuando denunció a Samuel Moreno, pidió a la Procuraduría actuar disciplinariamente sobre su antecesor por faltas a la función pública, y en ningún momento se le ocurrió pensar que este llegó al Palacio de Lievano con el respaldo de unas elecciones. Pregunto entonces, porque si Samuel Moreno llegó al cargo en las mismas condiciones de Petro, (Por voto popular), este puede ser investigado por el ministerio Público y el hoy burgomaestre no.
Puede ser que los motivos de la investigación sean distintos, y que la sanción impuesta sobre Petro sea exagera, pero lo cierto es que sí existe alguna falta, es claro que se debe actuar, sin que necesariamente la sanción disciplinaria implique una investigación judicial.
Por lo anterior me pregunto también, si Petro en su afanosa búsqueda de ganarle el pulso al Procurador Alejandro Ordoñez, no se ha dado cuenta de que tras su capricho político, lo único que va a conseguir es que a futuro se le abra la puerta grande a la corrupción política y administrativa, que en este país está a la espera de que se le dé el primer papayazo para hacer de los recursos públicos lo que se venga en gana, mucho más de lo que hasta el momento ha logrado, en esta ocasión haciéndose elegir por voto popular con la seguridad de que disciplinariamente no se le va investigar y por ende destituir.
Vale la pena preguntarse también, hasta donde está dispuesta la izquierda en continuar con posturas políticas bastante hipócritas, que como en el caso de Gustavo Petro, suele acomodar a su conveniencia.
El caso de Gustavo Petro no es el único, estoy seguro de que si se le llega a preguntar a Clara López por el aval que se le otorgó a Dilian Francisca Toro, dirá que es un atentado contra la sana democracia, pero si se le llegara a preguntar, si como Presidenta del Polo Democrático le firmaría el aval a Venus Albeiro Silva para que aspire a ser reelegido en el Concejo de Bogotá, con toda seguridad que va a decir que hasta el momento no se le ha condenado y que hay acudir a la presunción de inocencia. Es lógico, ella no va a renunciar a la voticos que el líder indígena le puede poner en la localidad de Bosa.
Es justamente por esta actitud que se puede concluir que en Colombia la izquierda ha sido tan politiquera, como lo ha sido la derecha, que como en el caso de la primera, también actúa con la misma hipocresía política con la que suele acomodar las cosas a su total conveniencia.
@sevillanojarami
