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Comúnmente vemos la presencia del cilantro en la mayoría de las sopas con las que acompañamos el almuerzo, así no sepamos para que sirve o cuál es la razón para añadirlo al plato alimenticio. Así mismo sucede con el senador Armando Benedetti: uno no sabe para qué ha servido su presencia en el legislativo, pero ahí lo hemos visto continuamente desde el año 2002.
Puede que el senador haya tramitado proyectos, y así mismo ha podido servir de ponente en otros. El problema es que tiene a sus espaldas la fama de aparecer en la mayoría de los escándalos de corrupción en los últimos años, por no decir que en todos. En pocas palabras, ha hecho el papel del cilantro en las sopas, porque en todas aparece.
Su nombre ha hecho presencia en escándalos como el de la parapolítica, la yidispolitica, el cartel de la toga, Odebrecht, un desfalco al fondo de prestaciones sociales del magisterio en Córdoba y, recientemente en el escándalo de Mintic. Además de lo anterior, el exfiscal Néstor Humberto Martínez lo señaló de chuzarle el teléfono celular.
Por todo lo anterior, su presencia en el Pacto Histórico ha resultado un tanto incómoda para algunos que no lo dicen de frente, pero que se les nota no estar muy contentos con Benedetti a su lado, según me confesó algunas de las fuentes con las que dialogué, previo a este escrito.
Pocos creen que su pensamiento sea de izquierda, y con toda su razón, porque primero militó en el liberalismo, de donde se pasó al uribismo; después fue santista; en el 2018 fue vargasllerista y ahora se convirtió al petrismo. Es decir, se pasó al otro extremo como quien atraviesa un rio pasando de una orilla a la otra, pero sin utilizar una canoa.
Para desgracia de Benedetti, su nombre no es recordado por ningún debate en el que se haya destacado, a pesar de que sí los ha ejecutado, como en el de la ley de Justicia y Paz, en donde contó con el respaldo y la asesoría del programa de víctimas que en ese entonces desarrollaba la Corporación Nuevo Arco Iris. En cambio, si se le recuerda por los escándalos en los que ha estado involucrado, razón por la que su presencia en el Pacto Histórico, resulta un tanto…rara.
Su defensa no dista de las típicas frases que utilizan los políticos cuando se destapa su participación en algún hecho de corrupción: “que todo es una persecución política en su contra”. Y, aunque hasta el momento ha salido invicto en la mayoría de los escándalos donde su nombre se ha visto involucrado, la duda en la opinión pública ha quedado.
En aras de la transparencia, Armando Benedetti debería contar al país cuales fueron las condiciones para que Gustavo Petro le aceptara a su lado a pesar de que el líder de izquierda sabe y es consciente del lastre que esto le trae, lo que si resulta un tanto contradictorio con el discurso del Pacto Histórico con el que ataca el transfuguismo político que tanto ha caracterizado al senador. Además porque su nombre ha estado en los escándalos que el mismo Petro ha denunciado pidiendo explicaciones insistentemente: los mismos que hacen ver a Benedetti como el “senador cilantro”, porque aparece en todas las “sopas”.
