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A la alcaldesa Claudia López le queda un año de gobierno en Bogotá y no estoy muy seguro de que el tiempo le alcance para inaugurar si quiera la mitad de las obras viales que le dio por abrir en la ciudad y que son las responsables, en gran medida, de los enormes trancones en las avenidas principales de la capital.
Gracias a estos trancones, la capital del país se ha tornado invivible porque un desplazamiento que normalmente tarda media hora pasó a ser de hora y media y hasta más. También es cierto que el creciente número de vehículos particulares aporta a la congestión vial, pero es claro que esto no se va a reducir y, por el contrario, va a aumentar porque los ciudadanos no se van a bajar del carro para subirse al transporte público.
Por lo anterior, hoy la medida del Pico y Placa resulta obsoleta y ridícula porque, en la medida en que aumenta el número de ciudadanos, crece la economía y la industria y el comercio de autos genera mejores condiciones para la adquisición de carro nuevo o usado, este aumenta su presencia en las calles y avenidas.
Por más restricción que se imponga al vehículo particular, no se logrará que la gente se baje del carro para subirse al TransMilenio y al SITP. En primer lugar, porque estos se quedaron pequeños para tanta demanda y, en segundo, por las condiciones de inseguridad a la que se expone el ciudadano.
Lo que sí está pasando es que el pasajero del transporte público se está bajando del TransMilenio y el SITP para subirse a la moto, a la bicicleta y al carro propio y poco le está importando que se forme más congestión e, incluso, exponerse a los temas de inseguridad, especialmente los biciusuarios.
Para colmo, a la alcaldesa se le ocurrió la brillante idea de abrir de manera simultánea más de cien obras viales en las que no solo interviene el constructor a cargo, sino además la empresa de Acueducto y Alcantarillado. También interviene la luz eléctrica y las que tienen qué ver con las redes de internet, lo que termina por retrasarlas y por aumentar el trancón.
Insisto, dudo que la mandataria de Bogotá logre entregar siquiera la mitad de las obras, pero de lo que sí estoy seguro es que por este factor será evaluada en las urnas el próximo mes de octubre. Por ahora solo puedo decir con toda certeza que Claudia se quedó en el trancón.
