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Con razón extrañan a Uribe

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Óscar Sevillano
18 de junio de 2015 - 05:05 a. m.
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Cada vez que ocurre un hecho sangriento de manos de algún grupo armado ilegal, llámese Farc, Eln o Bacrim, mientras el presidente Juan Manuel Santos se encuentra de visita en otro país, entiendo las razones que pueden tener los colombianos en municipios y veredas para extrañar a Álvaro Uribe Vélez.

Son tantas las falencias que tienen los municipios en Colombia, y tanto el desespero, el dolor y las incomodidades que les causan los grupos armados al margen de la ley, que poco les importa los hechos de corrupción, chuzadas y falsos positivos en que incurrió la administración de Álvaro Uribe, con tal de sentir un mandatario que este a su lado y les ayude combatiendo a la ilegalidad que tanto odian y desprecian la mayoría de colombianos.

Lo anterior es un hecho que extrañamente Juan Manuel Santos no ha entendido o no quiere entender, y no sé qué deba ser necesario para que el primer mandatario comprenda que este es un país que se gobierna desde las regiones, visitándolas y ayudándolas a solucionar sus problemas, y no desde los micrófonos en noticieros desde Bogotá o desde un país lejano.

No se le ve bien al primer mandatario dar declaraciones desde otro país, en momentos en que las Farc realizan su pasatiempo favorito, destruir este país. Lo que es peor, mientras Juan Manuel Santos habla para los micrófonos desde Europa, Uribe visita los municipios que están siendo afectados por la arremetida guerrillera y habla con las familias de las personas que resultan heridas o muertas en cada ataque.

Creo que ya Juan Manuel Santos pasó un susto en las elecciones presidenciales de 2014 por cuenta del favoritismo que despertó Oscar Iván Zuluaga, como para que no haya aprendido la lección.

Recordemos también que Álvaro Uribe estuvo a punto de ganar mayorías en el senado con solo sus votos, con los que logró elegir 20 senadores y 18 representantes a la cámara, lo que demuestra que lo que los colombianos guardan del expresidente, no se limita a un buen recuerdo.

Es ahí donde uno no entiende como en lugar de estar haciendo presencia en los municipios donde se libra la guerra, explicando los alcances que tendría un escenario de posconflicto, Juan Manuel Santos ha preferido delegar esa función a un gabinete de gobierno, que se ha caracterizado más por ser una jauría de tigres peleándose el uno con el otro, que por mostrarse como un equipo de trabajo. ¿Será porque les ha hecho falta la coordinación de un Presidente de la República que esté al frente de ellos exigiéndoles resultados día y noche?.

Tampoco se entiende cómo es que si se pretende implementar una política de posconflicto, Juan Manuel Santos no se ha puesto en la tarea de coordinar a los partidos de la Unidad Nacional para que impulsen a los candidatos a alcaldías y gobernaciones que van a ejercer esa tarea en los próximos años. El gobierno nacional parece no darse cuenta que Álvaro Uribe ya se encuentra en esa labor, y con la ayuda involuntaria pero eficiente de las Farc y el ELN, con seguridad que puede conseguir la elección mayoritaria de mandatarios locales.

Si esto llegase a suceder, que se olviden en el gobierno nacional de implementar con la suficiente agilidad un posconflicto, Reparación a Víctimas y Restitución de Tierras, que son temas que se aplican en los territorios, no en el Country Club de Bogotá.

Que no siga diciendo el primer mandatario que ya estamos en posconflicto y que la mejor prueba de eso es que se están construyendo mejores carreteras y realizando grandes inversiones en viviendas para los colombianos de escasos recursos. Estos son temas que se deben desarrollar con o sin posconflicto, así es no venga usted señor presidente a crear espejismos, pretendiendo mostrar una realidad inexistente.

Es a usted señor presidente a quien le corresponde crear un escenario de posconflicto, y es con su presencia en los territorios como el país entero puede sentirse gobernado, sobre todo en momentos en que la guerrilla amenaza una vez más la seguridad interna.

Puede seguir el ejemplo de su antecesor, y visitar frecuentemente a los municipios y veredas, escuchando a sus habitantes y suministrándole soluciones a sus problemas. Al fin de cuentas, tomar lo bueno de un esquema de diálogo permanente con las regiones que funcionó en un gobierno anterior, así este sea su más férreo opositor ahora, no puede ser mal visto.


@sevillanojarami 

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