Conocer los diferentes hechos relacionados con el conflicto armado en Colombia no es una tarea fácil, es un tema bastante complicado y lo será aún más, si quienes esperamos instruirnos un poco sobre los dolorosos sucesos que enlutaron a nuestro país durante décadas enteras, le seguimos la cuerda a los que pretenden hacernos creer que la verdadera memoria histórica es la narrada por algunos izquierdistas.
Nuestro país ha padecido un largo conflicto armado, que aún con el proceso de paz con las extintas Farc, persiste. Por más dos décadas millones de personas murieron asesinadas, otro tanto fueron desaparecidos, hubo también a quienes se les obligó a desplazarse de sus territorios de origen, y por supuesto, no faltaron los exiliados en otros países.
Esta confrontación armada interna, que con el tiempo se degradó a tal punto que llegaron a cometerse masacres, reclutamiento forzado de menores, agresiones sexuales, etc., configurando grandes violaciones al derecho internacional humanitario, se realizó sobre todo tipo de poblaciones, sin ningún distingo, ni de tipo racial, ni mucho menos político o económico.
Por lo anterior, siempre he considerado que fue una verdadera tontería el que discutiéramos si el director del Centro Nacional de Memoria Histórica debe ser de derecha o es de izquierda, cuando lo que nos tiene que importar es el trabajo que se desarrolla en la entidad, en donde lo ideal es que participen todos los sectores sociales, políticos y económicos del país, que además deben ayudar a reconstruir esa memoria para que el Estado asuma un verdadero compromiso de no repetición de los hechos.
Esta es una labor titánica que requiere que todos nos escuchemos y que aprendamos a respetar las diferencias en la manera de pensar de quienes participan en la reconstrucción de la memoria. En ese sentido me pareció muy bueno que se haya acogido el informe presentado por el gremio de ganaderos Fedegán, que habla de las personas de este sector que fueron víctimas del conflicto armado, lamentando eso si las reacciones un tanto pasionales de parte de algunos sectores de izquierda, en este caso ONG, que en su momento se pronunciaron en contra de este acto.
Es imposible hacer un trabajo como estos de manera equilibrada si le ponemos una carga ideológica. Es por esto que nunca le compartí a la líder de víctimas, Carmen Palencia, años atrás, que no le reconociera al expresidente Álvaro Uribe Vélez su condición de colombiano afectado por el conflicto armado. Podrá no gustarnos muchas cosas del exmandatario como ser humano, pero negar esa realidad por cuestiones políticas… Por favor.
Estoy seguro de que todos los sectores de la sociedad colombiana deben participar en el trabajo que hace el Centro de Memoria Histórica y cuando hablo de todos me refiero a las comunidades étnicas y a las víctimas de la violencia política, los mismo que de agentes del Estado y de todos los grupos armados ilegales que han hecho parte del cruce de balas en los diferentes territorios del país.
Pero sobre todo lo primero que se debe hacer es abrir el oído para escuchar lo que tiene que decir el otro. Sin este ejercicio, nunca se van a superar los sentimientos negativos que ha dejado el conflicto armado y que ha terminado en una polarización en ocasiones absurda y que de paso genera debates insulsos como, por ejemplo, cuál debe ser la postura ideológica de la persona que dirija determinada entidad relacionada con temas de verdad y no repetición.
De ser así, tendría que nombrarse al padre Francisco de Roux de manera vitalicia en la Comisión de la Verdad, extendiendo de manera indeterminada la existencia de esta entidad.
Insisto, si Colombia desea construir una memoria histórica de manera equilibrada, es necesario que todos los sectores participen del trabajo que hace la entidad, dejando a un lado los egoísmos y las mezquindades ideológicas derivadas de las pasiones que producen los debates.
La labor será larga y extensa y entiendo que para esto el Centro de Memoria Histórica trabaja en una plataforma virtual, para que todos puedan acceder a la información desde cualquier lugar del país, pero lo importante es que dejemos de tanto criticar, atacar y destruir, motivados por sesgos ideológicos mal sanos y trabajemos para que los hechos que dejaron ríos de sangre y provocaron miles de desplazados se conozcan y no se repitan.
@sevillanojarami