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Lo mínimo que debería hacer Rodrigo Lara Restrepo por decoro y respeto con la Guajira, es renunciar al cargo como director del partido Cambio Radical, porque con la destitución de Oneida Pinto como gobernadora de la Guajira, queda demostrado que le quedó bastante grande escoger una persona honesta, para que en nombre de su grupo político buscara el cargo en las pasadas elecciones locales.
No es posible que el doctor Lara no sepa que los artículos 38 y 39 de la Ley 617 de 2000, ordenan la renuncia de todos los funcionarios públicos que tengan aspiraciones a cargo de elección popular, un año antes de que estas tengan lugar. Norma que como director de un partido político, Rodrigo Lara debía conocer. Sin embargo, a juzgar por los hechos, parecería que ni siquiera la ha leído.
Si este grupo político se encuentra una vez más en la picota pública por cuenta de este asunto, la responsabilidad recae en su cabeza, quien no quiso escuchar los llamados que desde la sociedad civil se le hicieron para que no diera el aval a una persona que como Oneida Pinto, tenía serios señalamientos que ponían en duda la honestidad que aseguraba tener.
Si hoy vemos que Oneida Pinto no es una persona honesta y queda demostrado que la hoy exgobernadora buscó hacerle el quite a la ley, es porque Cambio Radical, partido que avaló su candidatura, no cuenta con la dirección de una persona eficiente que sea capaz de interpretar leyes electorales de manera correcta, que es lo mínimo que debería hacer quien conduzca un partido político y en el caso de que se desconozcan los procedimientos que se deben seguir, para eso existe un grupo de asesores al interior del grupo político, al que se debe escuchar antes de firmar un aval.
Nada más por esto, la carta de renuncia de Rodrigo Lara Restrepo a la dirección de su partido no debería dar espera.
No sé si es que Rodrigo Lara Restrepo no es consciente del apellido que lleva, que recuerda a la figura más brillante y honesta de la política en Colombia, el exministro Rodrigo Lara Bonilla, a quien se le rinde homenaje por la rectitud con la que obró durante toda su vida y a quien los libros de nuestra más reciente historia, le recuerdan por su lucha contra la deshonestidad, la misma que hoy su heredero político se niega a rechazar.
En honor a ese legado, Rodrigo Lara Restrepo, hijo de Rodrigo Lara Bonilla debería trabajar, no solo como congresista, sino también como director de un partido político. Sin embargo ha preferido el vergonzoso camino de acolitar la deshonestidad de personas como Oneida Pinto, que haciéndole el quite a la ley, buscan atornillar a un grupo político bastante cuestionado en la Guajira.
Pues bien doctor Rodrigo Lara, ahora que el tiempo demostró que quienes desde la sociedad civil y los medios de comunicación teníamos razón en pedir que no se avalara la candidatura de Oneida Pinto como candidata al cargo de gobernadora de la Guajira y se sabe que no es una persona digna de ostentar la representación en la función pública de una zona emblemática en el país por su geografía y su riqueza cultural, le llegó el momento de que tenga un poco de decoro y renuncie al cargo de director del Partido Cambio Radical, porque si en algo tan elemental fue capaz de equivocarse, a pesar de las advertencias que se le hizo, no quiere ni imaginar cómo será cuando tenga que tomar decisiones más delicadas.
Este episodio por el que hoy atraviesa su partido político, debería darle vergüenza.
