No hay razón para que Fecode se oponga radicalmente al retorno escolar de niños y adolescentes de manera presencial, pero guarde silencio frente a la evidente presencia de menores de edad en las manifestaciones.
Por actuaciones dobles como estas, el sindicalismo en Colombia ha perdido toda clase de credibilidad. No hay explicación que justifique el hecho de que haya menores de edad en medio de marchas que en ocasiones derivan en actos violentos.
En esto también tienen que ver el ICBF, el Ministerio de Educación y las diferentes secretarías de Educación municipales y departamentales, representantes del Estado que debe cumplir con la tarea de garantizar que niños y jóvenes estén en sus hogares recibiendo las clases escolares desde la virtualidad y no en una marcha acompañando a sus padres sindicalistas o haciendo parte de la manifestación, en el caso de los adolescentes.
No puede ser que, con la excusa de que el papá y la mamá no tenían con quién dejarlo en la casa mientras asistían a una manifestación, se exponga a un menor de edad a la violencia que suele desencadenarse en las protestas en Colombia.
Si el escenario no está dado para que los maestros dicten clases de manera presencial en un colegio, tampoco debería estar dado para que salgan en masa a las calles a gritar “abajo, abajo, abajo”, mucho menos con menores abordo. Esta actuación un tanto hipócrita de los sindicatos es la que les hace perder seriedad entre la opinión pública.
Niños y adolescentes en nuestro país ya van para dos años de recibir sus clases a través de una pantalla. Lo anterior, en el caso de quienes tienen acceso a un computador con internet, porque quienes no cuentan con esta facilidad deben hacerlo desde el celular de sus papás.
También hay que tener en cuenta que así exista un computador en casa con la mejor velocidad de internet, en muchos hogares este debe ser compartido por dos, tres o cuatro menores que estudian en la misma jornada en diferentes grados, lo que dificulta mucho más el acceso a clases de manera virtual, pero esto a los señores de Fecode por supuesto no les importa.
A las instituciones del Estado relacionadas con la educación y la protección de menores sí debería importarles, pero es triste ver que sus directivos se limitan a una simple declaración de rechazo a la actitud egoísta del sindicato de maestros.
Quienes vemos las manifestaciones pasar por calles y avenidas en las diferentes ciudades hemos notado la presencia de menores de edad, que nada tienen que hacer en estos escenarios. ¿Por qué entonces los sindicatos que conforman el Comité Nacional del Paro callan? ¿Acaso las autoridades no se han dado cuenta de este pequeño detalle que permiten y con su silencio otorgan? ¿Dónde están las organizaciones de derechos humanos de izquierda que no lo denuncian?
@sevillanojarami
No hay razón para que Fecode se oponga radicalmente al retorno escolar de niños y adolescentes de manera presencial, pero guarde silencio frente a la evidente presencia de menores de edad en las manifestaciones.
Por actuaciones dobles como estas, el sindicalismo en Colombia ha perdido toda clase de credibilidad. No hay explicación que justifique el hecho de que haya menores de edad en medio de marchas que en ocasiones derivan en actos violentos.
En esto también tienen que ver el ICBF, el Ministerio de Educación y las diferentes secretarías de Educación municipales y departamentales, representantes del Estado que debe cumplir con la tarea de garantizar que niños y jóvenes estén en sus hogares recibiendo las clases escolares desde la virtualidad y no en una marcha acompañando a sus padres sindicalistas o haciendo parte de la manifestación, en el caso de los adolescentes.
No puede ser que, con la excusa de que el papá y la mamá no tenían con quién dejarlo en la casa mientras asistían a una manifestación, se exponga a un menor de edad a la violencia que suele desencadenarse en las protestas en Colombia.
Si el escenario no está dado para que los maestros dicten clases de manera presencial en un colegio, tampoco debería estar dado para que salgan en masa a las calles a gritar “abajo, abajo, abajo”, mucho menos con menores abordo. Esta actuación un tanto hipócrita de los sindicatos es la que les hace perder seriedad entre la opinión pública.
Niños y adolescentes en nuestro país ya van para dos años de recibir sus clases a través de una pantalla. Lo anterior, en el caso de quienes tienen acceso a un computador con internet, porque quienes no cuentan con esta facilidad deben hacerlo desde el celular de sus papás.
También hay que tener en cuenta que así exista un computador en casa con la mejor velocidad de internet, en muchos hogares este debe ser compartido por dos, tres o cuatro menores que estudian en la misma jornada en diferentes grados, lo que dificulta mucho más el acceso a clases de manera virtual, pero esto a los señores de Fecode por supuesto no les importa.
A las instituciones del Estado relacionadas con la educación y la protección de menores sí debería importarles, pero es triste ver que sus directivos se limitan a una simple declaración de rechazo a la actitud egoísta del sindicato de maestros.
Quienes vemos las manifestaciones pasar por calles y avenidas en las diferentes ciudades hemos notado la presencia de menores de edad, que nada tienen que hacer en estos escenarios. ¿Por qué entonces los sindicatos que conforman el Comité Nacional del Paro callan? ¿Acaso las autoridades no se han dado cuenta de este pequeño detalle que permiten y con su silencio otorgan? ¿Dónde están las organizaciones de derechos humanos de izquierda que no lo denuncian?
@sevillanojarami