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El guiño de Maduro a Uribe

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Óscar Sevillano
27 de agosto de 2015 - 04:30 a. m.
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Cuando se detecta un problema que cada día se ve crecer, lo lógico es que se busque la manera de detenerlo y buscarle una solución adecuada, cosa de que más adelante no se vaya a salir de las manos.

Duele decirlo, pero la lógica de buscarle soluciones a los problemas en el territorio colombiano para que no llegue el día en que estos se vuelvan inmanejables, nunca ha estado en el sentido común de ninguno de nuestros gobernantes y por lo visto tampoco lo estará nunca. Prueba de lo anterior es lo que hoy día sucede en la frontera con Venezuela, territorio que jamás ha controlado Colombia, pero que tampoco controla el país vecino. Donde la presencia de personas que van y vienen de una nación a la otra de manera ilegal, se ha vuelto la excusa perfecta de Nicolás Maduro para distraer la atención y tratar de ocultar las consecuencias que para su nación ha traído su desastrosa revolución.

La frontera colombo-venezolana concentra prácticamente todos los males que actualmente tiene Venezuela: corrupción, escasez de alimentos, desabastecimiento, inflación, violencia, escalada del dólar, etc. También es una zona donde la ilegalidad colombiana hace presencia no solo con el contrabando que desde mucho tiempo atrás ha sido el combustible para que familias políticas que hoy se jactan de su prestigio e importancia en la costa atlántica, se hicieran a un poder económico que todos saben de donde procede, pero que por cuestiones de conveniencia y comodidad, hoy lo ignoran.

Lo peor del caso es que no se puede olvidar que la frontera colombo – venezolana, es el lugar por donde las Farc y el ELN van y vienen de un territorio a otro, sin que ambas guardias fronterizas les corten el paso, donde además se encuentran las Bacrim extorsionando a personas de ambos lados para que puedan transportar la mercancía que de manera legal en algunos casos e ilegal en otros, traigan y lleven de una nación a otra.

De toda esta situación han sido conscientes todos los gobiernos colombianos y venezolanos, otra cosa es que se hayan hecho los de la vista gorda, sabe Dios porque razón. Es por esto que resulta inaudito que ahora venga el presidente Maduro, con métodos arbitrarios denunciando presencia de supuestos paramilitares en la zona fronteriza de Venezuela, que podría atentar contra la seguridad de su país, sin mencionar claro está, la cómoda estadía de guerrilleros de las Farc y el ELN en su territorio.

Sin embargo lo más inaudito de todo esto, es la cínica actitud del expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien durante ocho años con todo y seguridad democrática, fue incapaz de ponerle control a la zona y ahora resulta visitándola y mostrando preocupación por lo que tienen que vivir los colombianos en la frontera, claro está, con el firme propósito de sacarle provecho político a la crítica situación que allí se vive.

Es increíble que el presidente Maduro no haya sido capaz de pensar un poquito que con la crisis que el mismo ha provocado en la frontera, lo mismo que con su discurso bélico contra Colombia, fortalece a Álvaro Uribe.

Resulta ilógico que un mandatario vecino que dice apoyar el Proceso de Paz en nuestro país, con su actitud y decisiones irracionales, le haga el guiño a quien se opone a la terminación del conflicto armado por la vía del diálogo, para que como siempre con su discurso despierte pasiones en quienes le escuchan y terminen eligiendo a alcaldes y gobernadores de su cuerda que al igual que él, no deseen la paz.

Es aquí donde se requiere de un buen trabajo diplomático de la Cancillería y la Embajada de Colombia en Venezuela, que permita superar esta crisis, en la cual resulta extraño que la izquierda política en Colombia representada en Piedad Córdoba, Clara López, Iván Cepeda, Carlos Lozano, etc., no ofrezcan públicamente su ayuda y le hagan un llamado a la cordura a Nicolás Maduro aprovechando su cercanía y buena amistad, para que de paso deje de hacerle el favor político a quien más que un bien, podría provocar una verdadera hecatombe no solo en nuestro país, sino también a nivel de América del Sur.

 

@sevillanojarami
 

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