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El nombre ajeno se respeta, señor fiscal

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Óscar Sevillano
17 de septiembre de 2015 - 04:02 a. m.
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Si la decisión de vincular judicialmente a Carolina Sabino por un supuesto delito de aborto ilegal hubiese venido de la cabeza de Alejandro Ordoñez, con toda seguridad el país no se hubiese sorprendido como lo hizo cuando se supo de la decisión tomada por la Fiscalía en cabeza de Eduardo Montealegre, quien siempre se ha ufanado de ejercer una doctrina contraria a la del procurador, es decir, liberal.

Pero lo que más sorprende de esta decisión es que se haya tomado con la clara intención de crear una cortina de humo que permitiera apaciguar el escándalo que, hoy día, enfrenta el fiscal Eduardo Montealegre por la firma de una cantidad de contratos que tienen en el ojo del huracán, no solo a la Fiscalía General de la Nación, sino también a personajes reconocidos a nivel nacional como Natalia Springer.

Parece que en esta ocasión al liberal fiscal Montealegre no le importó irrespetar la vida privada de una persona, destruyendo su honra y buen hombre, con tal de tratar de bajarle el volumen a una polémica que lo está enlodando.

No son hechos como estos los que los colombianos estamos esperando de la Fiscalía General de la Nación, sino acciones que nos permitan confiar en la efectividad de las investigaciones judiciales.

Lo que el país espera de un ente investigador que se supone se está reestructurando para asumir nuevos retos y estar a la vanguardia en materia de investigación penal, es que por ejemplo se diga, quienes son las personas que están detrás de los suministros de alimentos en mal estado a miles de niños en escuela y colegios de distintos municipios en el país, y que se concentren en dar con los responsables de las casas de pique en Buenaventura.

Aquí no necesitamos conocer pormenores de la vida íntima de las personas, por importantes que estas sean, mucho menos si con esta particular manera de proceder no solo se ha irrespetado la dignidad de la cantante y actriz de televisión Carolina Sabino, a la que todos los colombianos identifican, sino que además se puso en riesgo su seguridad e integridad personal.

Me cuesta creer que por el afán de tapar un escándalo, no se hayan puesto a pensar que tal anuncio pone a la actriz en riesgo de sufrir el día de mañana algún linchamiento físico de parte de la gente del común que la vea por las calles.

Parece que el fiscal general olvida que Colombia es un país lleno de personas con un alto grado de intolerancia, que les hace actuar con pasión, sin medir las consecuencias de sus actos, y que por tanto no es posible que se prefiera colocar en riesgo la vida de una persona que a nadie le ha hecho daño, con tal de salvar su pellejo y no dar la cara por los manejos administrativos que lo tienen en la picota pública.

Si el fiscal Eduardo Montealegre no está de acuerdo con la práctica del aborto, perfecto que lo diga. Yo tampoco estoy de acuerdo con eso, pero nunca destruiría la honra y el buen nombre de una persona, porque eso es una cuestión sagrada, que debe ser respetada incluso por el mismo fiscal general de la Nación Eduardo Montealegre.

Me va a tener que perdonar el doctor Montealegre, porque en esta ocasión hago uso a mi legítimo derecho de no creer, cuando en entrevista a Caracol Radio, aseguró haberse sorprendido porque dizque no conocía de este caso. Supongo que tampoco sabe que la única fiscalía que maneja periodistas es la Fiscalía General de la Nación, y que el único Fiscal que tiene acceso a los medios de comunicación es el Fiscal General de la Nación,

Excúseme doctor Montealegre, pero no nos subestime por favor.

@sevillanojarami

 

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