Con la elección de Néstor Humberto Martínez como Fiscal General de la Nación, queda claro que en Colombia elegir al jefe del ente investigador, es como elegir la Señorita Colombia en el Reinado Nacional de la Belleza.
Se sabe desde un comienzo quién va a ser la ganadora y aunque muchos le critiquen sus medidas, al final del concurso todos buscan tomarse una foto con ella e invitarla a tomar un café.
No sé qué tan bueno sea que el Fiscal General de la Nación sea amigo de todos y de todas en un país como el nuestro, donde la corrupción y el clientelismo reinan en todos los niveles de la escala social.
Podrá Néstor Humberto Martínez tener una muy buena experiencia en el mundo del derecho. No es eso lo que está en duda, sino la transparencia e independencia con la que va a actuar como Fiscal General de la Nación en casos donde puedan estar involucrados firmas poderosas a las que ha prestado sus servicios como abogado y asesor jurídico no solo en el mundo de las finanzas, sino también de las comunicaciones, del sector productivo y de la clase política.
¿Es acaso este el Fiscal General que Colombia necesita?; ¿desde cuándo el requisito para dirigir el ente investigador en Colombia es que la persona caiga bien en todas partes?. En un país como Colombia, donde está comprobado que los más poderosos buscan hacerle el quite a la ley para salirse con las suyas, lo que menos conviene es que quien dirige la Fiscalía General de la Nación actúe como las reinas de belleza: sonriéndole a todos y a todas.
Como es normal en toda elección, luego de que esta llega a su final y se conoce el nombre del ganador, muchos senadores que se mostraron en oposición cuando su nombre fue ternado, salieron a felicitarlo dando declaraciones de complacencia y satisfacción, al fin de cuentas, “una vez coronado, ¿quién no quiere al rey?”.
Sin embargo, no deja de ser molesto que se olvide que como agentes de control político, están en la obligación de preguntarle al Gobierno Nacional, si el ahora jefe del ente investigador mientras ocupó el cargo de súperministro de la Presidencia, aprovechó el momento para realizar una especie de precampaña para llegar a la Fiscalía General de la Nación, como bien lo denunció la congresista Angélica Lozano.
Puede ser muy soñador e iluso pedir que en una próxima ocasión, tanto el presidente como la misma Corte Suprema de Justicia, tengan en cuenta que la elección de la persona que va a dirigir la Fiscalía General de la Nación, es un proceso delicado y serio y que por tanto no se puede actuar como si se estuviese escogiendo a la Señorita Colombia. Si van a continuar en esa línea, lo mejor sería que el próximo jefe del ente investigador lo escoja Raimundo Angulo presidente del Concurso Nacional de la Belleza.
En este país lo que menos se necesita es que el Fiscal General de la Nación sea una persona que le muestra la sonrisa a todos y a todas. Lo que se esperaba es que se escogiera en una terna de tres candidatos a quien representara carácter y criterio propio para asumir una tarea titánica con procesos de investigación delicados y serios donde hay mafias que involucran al mundo político y económico en Colombia y que por tanto, quien fuere elegido debía mostrar total independencia. La verdad es que con tantos amigos en la agenda del nuevo Fiscal, tengo serias dudas de que esta pueda existir.
Ya designado Néstor Humberto como Fiscal General, no hay nada más que hacer aparte de desearle éxitos en su trabajo, que ojalá sea en favor del colombiano del común y no tanto de sus amigos del poder político y económico que dicho sea de paso, son muchos por no decir que todos, lo que a su vez terminará por convertirlo en un costal de impedimentos.
Con la elección de Néstor Humberto Martínez como Fiscal General de la Nación, queda claro que en Colombia elegir al jefe del ente investigador, es como elegir la Señorita Colombia en el Reinado Nacional de la Belleza.
Se sabe desde un comienzo quién va a ser la ganadora y aunque muchos le critiquen sus medidas, al final del concurso todos buscan tomarse una foto con ella e invitarla a tomar un café.
No sé qué tan bueno sea que el Fiscal General de la Nación sea amigo de todos y de todas en un país como el nuestro, donde la corrupción y el clientelismo reinan en todos los niveles de la escala social.
Podrá Néstor Humberto Martínez tener una muy buena experiencia en el mundo del derecho. No es eso lo que está en duda, sino la transparencia e independencia con la que va a actuar como Fiscal General de la Nación en casos donde puedan estar involucrados firmas poderosas a las que ha prestado sus servicios como abogado y asesor jurídico no solo en el mundo de las finanzas, sino también de las comunicaciones, del sector productivo y de la clase política.
¿Es acaso este el Fiscal General que Colombia necesita?; ¿desde cuándo el requisito para dirigir el ente investigador en Colombia es que la persona caiga bien en todas partes?. En un país como Colombia, donde está comprobado que los más poderosos buscan hacerle el quite a la ley para salirse con las suyas, lo que menos conviene es que quien dirige la Fiscalía General de la Nación actúe como las reinas de belleza: sonriéndole a todos y a todas.
Como es normal en toda elección, luego de que esta llega a su final y se conoce el nombre del ganador, muchos senadores que se mostraron en oposición cuando su nombre fue ternado, salieron a felicitarlo dando declaraciones de complacencia y satisfacción, al fin de cuentas, “una vez coronado, ¿quién no quiere al rey?”.
Sin embargo, no deja de ser molesto que se olvide que como agentes de control político, están en la obligación de preguntarle al Gobierno Nacional, si el ahora jefe del ente investigador mientras ocupó el cargo de súperministro de la Presidencia, aprovechó el momento para realizar una especie de precampaña para llegar a la Fiscalía General de la Nación, como bien lo denunció la congresista Angélica Lozano.
Puede ser muy soñador e iluso pedir que en una próxima ocasión, tanto el presidente como la misma Corte Suprema de Justicia, tengan en cuenta que la elección de la persona que va a dirigir la Fiscalía General de la Nación, es un proceso delicado y serio y que por tanto no se puede actuar como si se estuviese escogiendo a la Señorita Colombia. Si van a continuar en esa línea, lo mejor sería que el próximo jefe del ente investigador lo escoja Raimundo Angulo presidente del Concurso Nacional de la Belleza.
En este país lo que menos se necesita es que el Fiscal General de la Nación sea una persona que le muestra la sonrisa a todos y a todas. Lo que se esperaba es que se escogiera en una terna de tres candidatos a quien representara carácter y criterio propio para asumir una tarea titánica con procesos de investigación delicados y serios donde hay mafias que involucran al mundo político y económico en Colombia y que por tanto, quien fuere elegido debía mostrar total independencia. La verdad es que con tantos amigos en la agenda del nuevo Fiscal, tengo serias dudas de que esta pueda existir.
Ya designado Néstor Humberto como Fiscal General, no hay nada más que hacer aparte de desearle éxitos en su trabajo, que ojalá sea en favor del colombiano del común y no tanto de sus amigos del poder político y económico que dicho sea de paso, son muchos por no decir que todos, lo que a su vez terminará por convertirlo en un costal de impedimentos.