El proyecto de reforma política no puede caerse

Muchas preguntas e inquietudes dejó el primer ciclo de debates del proyecto de Acto Legislativo que busca reformar algunos asuntos del manejo político en nuestro país. Una de ellas es si se rompe la separación de poderes con la posibilidad de abrir la puerta para que representantes y senadores puedan renunciar a su curul, previo acuerdo con su partido, para, al día siguiente, ser nombrados ministros o directores de alguna entidad descentralizada.

Otro asunto que ha dado de qué hablar en los últimos días es el artículo que permitiría a los actuales congresistas influir en los primeros lugares de la conformación de las listas cerradas en las próximas elecciones legislativas. Explicó el presidente del Senado, Roy Barreras, en un diálogo con periodistas en el que estuve presente, que esta posibilidad se encontraba en el texto inicial, lo que indica que por ser iniciativa gubernamental el autor de este invento pudo ser el mismo Gobierno Nacional o alguien cercano al Ejecutivo. Esperaría que, por transparencia, se sinceren y nos cuenten a los colombianos de dónde salió esta “genialidad”.

A pesar de la discusión, y que hayan quedado los ánimos exaltados al cierre del período legislativo, considero que lo peor que podría suceder es que se caiga el proyecto porque luego de tantas discusiones, por fin se abre el camino para que las elecciones a corporaciones públicas (Senado, Cámara, Asamblea, Concejo y Juntas Administradoras Locales) se ejerzan a través de listas cerradas, con financiación 100% estatal y paridad de género.

Indudablemente esto trae consigo la reestructuración interna de los partidos políticos, los cuales deberán darse a la tarea de definir los mecanismos con los que se conformarán estas listas y para esto tienen el suficiente tiempo para una transición. Por tanto, no puedo estar de acuerdo con quienes de manera extraña piden que se hunda esta reforma, como es el caso de la politóloga Laura Bonilla, quien, en su reciente columna de opinión para Confidencial Colombia, mira el proyecto de una forma bastante negativa.

Por supuesto que en su contenido hay temas que no me gustan. Acabo de mencionar dos y es claro, además, que el legislativo hará todo lo que esté en sus manos, aprovechando el momento, para favorecer sus intereses. Ya lo hicieron con la fallida reforma a la justicia en el Gobierno Santos y es por esto que resulta de vital importancia que la veeduría ciudadana esté con los ojos puestos sobre cualquier irregularidad que se pueda presentar.

También es claro que el proyecto no es la solución perfecta ante los males de la política en Colombia. Para que esto se remedie pasarán décadas enteras, pero por algo hay que empezar y considero que la lista cerrada es un buen camino en este sentido.

Cambiando de tema: Una vez más el futuro de la Carrera Séptima vuelve a ser caballito de batalla en la campaña por la Alcaldía de Bogotá, porque dudo que el proyecto de Corredor Verde de la alcaldesa Claudia López se alcance siquiera a adjudicar.