Emilio Tapia y el Mintic

Óscar Sevillano
24 de septiembre de 2021 - 05:00 a. m.

En un país como el nuestro donde la corrupción, el clientelismo y las malas prácticas en la administración pública se han vuelto paisaje, no es raro enterarse de que algunos funcionarios se han prestado para algún torcido. Pero lo que sí suena bastante extraño y difícil de creer es que en la adjudicación de un contrato como el de Centros Poblados profesionales con años de experiencia se hayan dejado engañar tan fácilmente, sin percatarse de la presencia de un personaje como Emilio Tapia en una de las empresas que forman parte de esta unión temporal.

Dirá la exministra Karen Abudinen que actuaron con buena fe, lo que resulta difícil creer porque se supone que al lado de quien dirige un ministerio deben estar personas con la suficiente experiencia en contratación pública para evitar que goles como los que acostumbra a meter un personaje como Emilio Tapia superen la barrera de la defensa e ingresen al arco anotando a favor de quien busca llevarse los dineros públicos saltándose las normas.

Que Tapia busque desfalcar al Estado haciendo trampas no es extraño, lo que sorprende es que todo un equipo de profesionales con posgrados y una amplia experiencia en lo público se dejen engañar tan fácilmente. Eso suena difícil de creer, pero suponiendo que sí fue cierto y que pescaron el anzuelo, tampoco es aceptable la excusa de la buena fe, porque su función principal como funcionarios de primera línea de una entidad pública era evitar que personas deshonestas lograran sus objetivos malévolos. Si esto sucedió es porque, al igual que la exministra, no estaban capacitados para asumir estos cargos.

Es precisamente por eso que causó indignación la noticia en la que se reveló que una empresa presentó unas pólizas falsas y todo un grupo de profesionales no lo noten ni se tomen el trabajo de verificar antes de dar aprobación. Por supuesto que Abudinen también tiene responsabilidad en este asunto, así insista en que su función se limitó a ser una simple notaria, porque un funcionario que tenga claro lo delicado que resulta adjudicar un contrato con dineros públicos con muchos ceros a la derecha se apersona del asunto.

Si bien no se puede decir que la exministra Abudinen actuó con deshonestidad, sí se puede asegurar que su desempeño fue nefasto y que quedó en evidencia su total incompetencia para desempeñar un cargo público, que se paga con un salario altísimo que sale de los impuestos de los colombianos a los que defraudó con su ineptitud.

Ni que decir del equipo de personas que la acompañaron en el Ministerio de las TIC, a quienes también se les pagó con gruesos salarios. ¿Cuánto costaron estos sueldos al mes, exministra? ¿Los resultados que hoy vemos se compensan con lo que se les pagó? Si tan honesta es la señora Abudinen como dice que es, espero que responda las preguntas, porque son los mismos interrogantes que tienen miles de colombianos en los territorios que esperaban con muchas ansias la conexión a internet para el beneficio de sus hijos.

Si personas deshonestas como el señor Emilio Tapia logran sus fines apoderándose de los recursos públicos es porque desde adentro de las entidades públicas hay personas que ayudan a que esto suceda y es aquí donde se requiere la acción de los organismos de control para que ayuden a limpiarlas, castigando su mal proceder. Esperaría que la Procuraduría y la Contraloría actúen con total contundencia para que el país sepa cuántos y cuáles funcionarios del Ministerio de las TIC se prestaron a un desfalco que dejó a miles de hogares en los territorios de Colombia sin conexión a internet.

Que no nos vengan a vender el cuento de que “los engañaron”, “que les hicieron trampa y fácilmente cayeron”, porque tanto la exministra Karen Abudinen como su equipo jurídico y todas las personas que la asesoraban sabían muy bien la responsabilidad que tenían al adjudicar un contrato de miles de millones de pesos como para actuar como niños inocentes.

Insisto, que Emilio Tapia le mienta al país no es extraño porque a eso se ha dedicado la mayor parte de su vida, lo extraño es que funcionarios públicos, entre los que hay abogados, economistas, administradores de empresas, todos con amplia experiencia en contratación, se hayan dejado engañar tan fácilmente. Espero que los organismos de control, lo mismo que la Fiscalía General de la Nación, no caigan en el error de creer que hubo corrupción de un solo lado, porque cuando esto sucede hay alguien afuera que la ofrece y alguien adentro que la acepta.

@sevillanoscar

 

JORGE(10189)25 de septiembre de 2021 - 02:34 p. m.
No pueden argumentar que fueron engañados porque en los comités o reuniones gerenciales se evalúan todo estos aspectos y además la ministra quien preside da la línea y las instrucciones.
Luis(17764)25 de septiembre de 2021 - 11:51 a. m.
Ese cuento de la buena fe tiene huevo, todos esos buenos funcionarios deben ser de la Sergio arboleda con especialidades en la San Marino y ese tapias es un volador sin palo
Helena(66766)25 de septiembre de 2021 - 08:47 a. m.
Ese cuento de aparecer ese bodrio de ministra compareciendo como víctima es una bofetada a los que somos decentes y conocemos del tema. Que tal la fiscalía ya apoyando la idea? No es extraño dentro del poder corrupto que coptó el Estado de Derecho!
Duncan Darn(84992)25 de septiembre de 2021 - 12:13 a. m.
Podemos estar tranquilos que el caso lo tomó en sus garras Cínico Caspa Jaimes. O sea que esa platica ya se perdió. Y Karencita impoluta ya debe estar en trance de nombramiento. "Huy, Echeverry, como que nos abudinearon!!"
Diana(77072)25 de septiembre de 2021 - 12:13 a. m.
Excelente volumna
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