De acuerdo con un informe de Confecámaras, durante el 2022, en Colombia se crearon 310.731 nuevas empresas: 1 % más que en el 2021, cuando nacieron 307.679 unidades productivas. Esto demuestra que el ánimo de emprender negocio propio no ha decaído en los colombianos y, por el contrario, ha aumentado.
Este mismo informe indica que el 48,9 % de las empresas creadas entre enero y diciembre de 2022 se constituyeron generando al menos un empleo. Entre los sectores más dinámicos en este aspecto se encuentran: comercio y reparación de vehículos, alojamiento y servicios de comida e industria manufacturera.
A pesar de las dificultades económicas propias de un país como el nuestro, sumado a los desastres que dejó para el bolsillo de muchos colombianos la pandemia del Covid-19, las personas en nuestro país han mantenido el deseo de emprender sus propios negocios, dándole paso a una independencia económica, no importa a cuál estrato social se pertenezca.
Debo confesar que me sorprendió conocer a un grupo de jóvenes que no superan los 30 años, quienes decidieron apostarle a la firma Juan Becerra y comercializar los productos textiles que elaboran, como buzos, maletines, correas y gorras. Ellos combinan sus labores empresariales con sus estudios universitarios y poco les importa si para esto deben trasnocharse o sacrificar un poco de su tiempo libre, porque tienen muy claro que para sacar un negocio adelante sin importar su actividad económica, se requiere dedicación, muchas veces exclusiva.
Fue interesante observar que tienen muy claro que actualmente se puede acceder a una tienda de ropa a cualquier hora y desde cualquier lugar del mundo a través de la plataforma www.juanbecerra.co, y que esto puede darles mayores resultados de los que podrían dar si se abre un local en un Centro Comercial, aunque no descartan que esto se pueda hacer a futuro.
Y fue más interesante comprobar que no todos los jóvenes que se preparan para ejercer una profesión, luego de recibir su título, quieren ser empleados de una empresa pública o privada, sino que más bien desean tener sus propios negocios y de esta manera forjar una vida económica propia.
Esto genera retos no solo para quienes inician sus emprendimientos, sino además para los gobiernos local y nacional porque deben crear las condiciones para que estas nuevas empresas puedan competir en el mercado de una manera que les sea favorable y puedan ayudar a que nuestro Producto Interno Bruto gane más puntos.
