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¿Fracasó el centro?

Óscar Sevillano
27 de mayo de 2022 - 05:00 a. m.

La lección que dejó estas elecciones para quienes quisieron armar un grupo político que sacara al país de los extremos, que no peleara con la derecha pero tampoco peleara con la izquierda, es decir, que allanara un camino en el que todos caminaran unidos, es que peleándose entre sí y demostrando cuán grande es la vanidad y el apellido de cada uno de sus integrantes, jamás podrán conseguir el objetivo.

A decir verdad, sonó muy bonito y despertó mucho interés porque parecía dar la impresión de haber aprendido las consecuencias que dejó para el país el ir cada quién por su lado y permitir el triunfo presidencial en el 2018 de Iván Duque, un novato sin experiencia y sin el más mínimo conocimiento del país.

Al parecer, quien sí trató de no caer en la misma equivocación fue el candidato Gustavo Petro, quien a pesar de ser una persona que genera bastante prevención buscó una convergencia alrededor suyo que podría ser la fuerza ganadora, a diferencia de quienes buscaron el centro y quisieron ser la esperanza de Colombia.

Estos, en cambio, se dedicaron a pelearse entre ellos buscando ser el primero en la foto, descalificándose el uno al otro, demostrando que poca confianza interna existía y, que por supuesto, ese cariño y afecto que decían tenerse existía únicamente frente a las cámaras.

Por supuesto el gran sacrificado es el candidato Sergio Fajardo, quien aparece relegado a un cuarto lugar en las encuestas. Lástima, porque no se puede negar que tiene buena preparación y conocimiento del país, pero al parecer los egos de sus compañeros no permitieron vislumbrar que sus constantes desacuerdos golpearían a quien enarbolara las banderas de la Coalición Centro Esperanza, no importa quien fuese.

No sé si fue un error pensar o creer que un partido como la Alianza Verde, donde Gustavo Petro tiene adeptos, iba a obedecer ciegamente las órdenes de la senadora Angélica Lozano, quien creyó que era una especie de “Moisés” que les guiaría en su totalidad hacia la tierra prometida, es decir, al centro político.

Lo que sí puedo decir con toda seguridad es que si fue una total equivocación invitar a la excongresista Íngrid Betancourt a este grupo. La insensatez de la persona a la que se le ocurrió traerla de Francia llevó no solamente a un mayor número de enfrentamientos internos sino que además, dejó al senador electo, Humberto de la Calle, sin saber qué hacer, porque la norma le obliga a acatar la directriz del Partido Verde Oxígeno, que no hace parte de la Centro Esperanza.

Ahora, cuando la situación parece estar cantada para que en una segunda vuelta se enfrenten Gustavo Petro y Federico Gutiérrez o el ingeniero Rodolfo Hernández, comienzan a desertar desde algunas personas que se decían muy fieles a Fajardo para tocar las puertas del líder del Pacto Histórico, demostrando hasta dónde llegó su compromiso con el centro.

Falta ver qué decisión toman los líderes de la Centro Esperanza más allá de las elecciones presidenciales de 2022; si son capaces de reflexionar y darse a la tarea de recomponer su idea, demostrándole a los colombianos que tienen un proyecto de país y que van a luchar por él, colocándole por encima de sus apellidos, egos y vanidades personales y, que su iniciativa de Centro no es un fracaso.

@sevillanoscar

 

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